Hay en la música de Matute dos corrientes de sonido como mareas que se encuentran: el rock duro y clásico, el overdrive justo, la reverb medida, y está también un sonido como el viejo oeste de Bonanza.
José Pablo Arbeláez, vocalista y líder de Matute, recuerda las películas que inspiran a Tarantino: Spaguetti western, en las que las guitarras acompañaban las persecuciones de vaqueros, los duelos a muerte.
Dos cosas entonces: este jueves a las 8:00 de la noche se presenta Matute —con Peyote— en el café del Teatro Pablo Tobón Uribe, la entrada vale 10 mil pesos; lo segundo: tocarán en vivo su nueva canción No me preguntes que ya tiene un video “lyrics” en Youtube.
En este toque, Matute vuelve a la escena luego de más de un año y de su disco Deseo, que hace unos tres años salió a luz como una bandera verdadera del rock en Medellín.
—Este año empecé con la inquietud de que tenía que sacar otro disco, que tenía que renovar el repertorio, mostrar cosas nuevas para un concierto, porque hace más de un año no nos montamos en un escenario. Hice cinco temas y no me preguntes cuál es el que más resalto de esos cinco —dice José Pablo, quien además de su trabajo con Matute, que es su proyecto más importante, es productor.
Justo su trabajo como productor le ha permitido conocer lo que suena en otras partes del mundo, lo que ha convertido a José en un perseguidor de un sonido en el que se sienta como en casa, seguro, conforme.
—A veces viene mucha obsesión sobre todo con el sonido de las guitarras: encontrar con cuál grabar, cómo ubicar los micrófonos, que sonido hay que ajustar en los pedales.
Ahí está el sonido de Matute, la fuerza, la delicadeza y la furia, en la persistencia de José por encontrar algo natural, no el rock con pretenciones, sino la crudeza, la sinceridad del músico que disfruta eso que hace.
Para saber más, la cita es este jueves 18 de septiembre en el Pablo Tobón Uribe
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6