Si hay una premisa a la hora de comprar, casi generalizada, es que rinda el dinero. De ahí que cada persona encuentre su mejor sitio. Ese incluso de toda la vida, donde ya hasta los conocen y les dan "tintico".
Lugares hay muchos y según las necesidades, pero de nombres comunes, repetidos y visitados, aparecen algunos como La Minorista, La Placita de Flórez, el Éxito e, infaltable, el famoso Hueco.
Y cada uno es un mundo diferente, de compradores distintos y hasta de colores inimaginables.
La Minorista, por ejemplo, sorprende por su orden. Los tomates están en una pirámide cuasi perfecta, así como las manzanas y las uvas, que cuelgan en un racimo que provoca comérselas todas.
"El tomate de árbol es muy duro de organizar, pero mucho más la curuba. Ni que te digo de la granadilla, que parece un huevo: si se cae se totea", explica el vendedor Jordan Esteven Bermúdez.
Ahora bien, si hacemos una línea de unión, La Minorista, el Hueco y la Placita de Flórez lo logran con el regateo. "Hay que pedir rebaja porque la plata no le alcanza a uno", dice Laura Cecilia Serna. Por eso es común escuchar: '¿y a cómo me la deja?' y 'no mami, no se puede, ya es el mínimo'.
No pasa igual en el Éxito donde el que va se acomoda al precio fijo. Aunque, si se trata de días de promociones, a las personas no les importa que tanto hay que madrugar o si hay que hacer largas filas en las cajas para pagar, con carros llenos de papel higiénico, cremas de dientes, ropa, cajas y hasta esos antojitos que no se necesitaban.
Comprar es toda una experiencia que puede ser de locos, de amantes, de carros llenos, y en últimas, hasta inevitable.
Pico y Placa Medellín
viernes
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