No confiar en nadie, mucho menos en los que se hacen llamar tus amigos. Esa es la conclusión sobre el asesinato de Carlos Andrés González, conocido como el niño mariachi y quien fue asesinado vilmente en el barrio Los Laches. En un hogar femenino (centro de reclusión de menores) está una niña de 15 años quien era su compañera de clase y que, según la Fiscalía, terminó siendo la determinadora para que se cometiera el crimen.
La historia. Se trata de una de las compañeras de curso de Carlos Andrés, que, dice la Fiscalía, convenció a dos de sus amigos, capturados ya por la Policía, para que ejecutaran el homicidio. También engañó, en su momento, a los investigadores, presentándose como testigo de los hechos.
La captura de la menor se registró en la calle 12 con carrera 31, del barrio Bosa- Santa Fe, lugar en el que uniformados hicieron efectiva la orden impartida por un fiscal, para que responda como determinadora de la muerte del pequeño de 14 años.
“Esta menor fue quien con engaños llevó al pequeño cantante de mariachi hasta una zona boscosa de los cerros orientales del centro de la ciudad, donde allí lo esperaban otros dos jóvenes, uno menor y otro mayor de edad, quienes le causaron cerca de catorce heridas con arma blanca. Lo golpearon y finalmente lo enterraron en una especie de cueva para que no fuera encontrado” relató ayer un investigador.
Agregó que todo el crimen fue planeado una semana antes. El pacto era que su compañera lo llevaba con el pretexto de que tendría una cita con una niña.
La joven que fue presentada ante un juez de menores, fue enviada a un hogar femenino en el que permanecerá recluida mientras se adelanta el juicio en su contra. De ser hallada culpable enfrentaría un pena de 8 años.
Más dolor. Ayer, en el desarrollo de esta diligencia, el padre del niño mariachi sufrió un preinfarto tras conocer en detalle el pacto macabro para matar a su hijo. Fue recluido en el Hospital Santa Clara, donde se encuentra bajo observación.
Por su parte, María Zabala, madre de Carlos Andrés, expresó: “lo que le hicieron a mi hijo no tiene perdón de Dios. Somos una familia a la que no se le acaba el sufrimiento, mi esposo enfermo, familiares en crisis por depresión y yo ni sé cómo sigo en pie. Ellos, los responsables de que no tenga a mi hijo, están detenidos, pero eso a mí no me sirve de nada. Tendré que esperar a morirme para volverlo a ver”.
Aunque los dos menores y el mayor de edad capturados se han negado a declarar sobre los móviles del crimen, para las autoridades está claro que un lío por celos fue el principio del fin. “El niño por su talento era admirado, todos querían compartir con él. Eso hizo que los amigos le tuvieran tal envidia para matarlo”, cerró un investigador.
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