El asunto va así: uno se pasa todo el día caminando, de un lado a otro. Ellas, montadas en tacones que rayan en lo inverosímil y al final de la jornada los pies retumban de dolor.
El podólogo Esteban Hernández señala dos asuntos fundamentales: el uso de calzado inadecuado y un incorrecto cuidado de lo que se considera la base del cuerpo humano.
El más común de los problemas es la fascitis plantar, dice la fisioterapeuta de Cedimed Catalina Contreras. ¿Fascitis? Sí, exacto. Pero en términos más claros es la inflamación de la planta del pie que suele presentarse por sobre uso.
"Las personas con pie plano y el pie cavo extremo son las más afectadas", agrega la fisioterapeuta.
Ángela María Cohen, del centro de Podología Pedimed, señala además que a las afecciones más comunes hay que sumarle hongos en las uñas, callos, juanetes y las uñas encarnadas.
Para la fisioterapeuta Catalina Contreras es normal que al final del día se presente un leve dolor en los pies, pero si éste imposibilita caminar o despierta a las personas en las noches, es importante consultar con un experto.
Hay dos puntos a tener en cuenta cuando se busca un calzado adecuado: la comodidad y el uso que se le vaya a dar.
"No es recomendable, por ejemplo, hacer largas caminatas en chanclas o trotar con ellas", aconseja Hernández.
"Lo ideal es que tengan una buena planta, que no sea dura, que soporte bien el impacto, sobre todo a la hora de hacer ejercicios", dice Catalina Contreras.
Y flexibles, de puntas amplias y de tacón bajito, recomiendan los expertos de Pedimed "Y el material más adecuado es el cuero", agregan.
Y consentirlos, claro: lavarlos diariamente con agua y jabón suave, secarlos perfectamente (incluso con secador de pelo en frío, si es posible), usar medias de algodón o lana y de vez en vez ejercitarlos, con movimientos articulares.
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