La cárcel es un castigo que procura la rehabilitación del individuo ante una falta cometida contra la sociedad. No tiene por qué vulnerar la dignidad de las personas allí recluidas ni sus derechos.
Con este enfoque en su política penitenciaria, Medellín estrenará la primera de diez modernas cárceles que se construyen en el país.
Con loable gestión y millonaria inversión, el Ministerio del Interior puso en marcha esta estrategia que busca dignificar la vida penitenciaria y al mismo tiempo disminuir el hacinamiento que se registra en las cárceles.
Entre las beneficiadas se encuentran las 600 reclusas del Buen Pastor. Tendrán allí un pabellón especialmente concebido para ellas, incluso con guardería para sus hijos.
La nueva cárcel de Medellín, en el corregimiento de San Cristóbal, está lista. Tendrá capacidad para 2.522 internos, hombres y mujeres, y viene a corregir muchos de los problemas que hoy se presentan en Bellavista.
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