La investigación por el asesinato de Anna Politkóvskaya, la periodista rusa más crítica con el Kremlin, volvió a quedar en un punto muerto.
Los acusados de haber perpetrado el crimen, hace dos años, quedaron en libertad la semana pasada y aunque la Fiscalía apeló la decisión de un jurado, pocos creen que se pueda llegar a los autores intelectuales del asesinato y, por ende, a su castigo. La libertad de expresión en Rusia sigue bajo amenaza.
Politkóvskaya fue una valiente periodista que se hizo peligrosa para el Kremlin por sus artículos sobre las torturas en Chechenia, las barbaridades cometidas por los militares rusos y las arbitrariedades de los policías.
El fracaso de la Fiscalía al no conseguir que ninguno de los acusados (tres chechenos) haya sido declarado culpable pone en duda el interés del Kremlin en proteger la libertad de expresión, aseguró la abogada de los Politkóvskaya.
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