Las fuerzas de seguridad palestinas detuvieron a más de 250 miembros de Hamas durante una redada nocturna en Cisjordania después que el grupo islámico se atribuyó el asesinato de cuatro civiles israelíes, en la víspera de comenzar las negociaciones de paz para el Medio Oriente.
Con las detenciones del miércoles, el gobierno del presidente palestino Mahmud Abbas parecía estar tratando de mandar un mensaje, tanto a sus rivales en Hamas como a Israel de que está decidido a seguir adelante con las negociaciones.
Hamas condenó la represión ordenada por el gobierno en Cisjordania, calificándola de "traición a la patria". En Washington DC, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu dijo el martes por la noche que no permitirá que los asesinatos malogren las negociaciones.
Los representantes de Israel y los palestinos se encuentran en la capital estadounidense para reanudar las negociaciones, incluyendo el estatus de Jerusalén oriental, que los palestinos reclaman como capital de su futuro estado.
En lo que podría ser un indicio de la posición israelí sobre Jerusalén, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, dijo en una entrevista publicada el miércoles que Israel estaría dispuesto a llegar a un compromiso sobre el estatus de la ciudad en las condiciones adecuadas.
"Jerusalén occidental y 12 barios judíos que son sede de 200.000 residentes será nuestra. Los barrios árabes en los que cerca de un cuarto de millón de palestinos viven serán suyos", dijo Barak al diario israelí Haaretz.
"Habrá un régimen especial junto con los acuerdos sobre la Ciudad Antigua, el Monte de los Olivos y la Ciudad de David", agregó.
La oficina de Barak confirmó que las declaraciones atribuidas a Barak son verdaderas pero no sabía si eran un reflejo de su opinión personal o la política oficial.
El atentado del martes ensombreció de inmediato las gestiones del presidente estadounidense Barack Obama para pacificar el Medio Oriente, que deben comenzar oficialmente el miércoles por la tarde con una cena en la Casa Blanca. Serán las primeras conversaciones directas entre los líderes israelíes y palestinos en casi dos años.
Fue además una clara evidencia de que pese a haber quedado Hamas fuera de este diálogo, sigue siendo una protagonista clave para determinar el resultado de las negociaciones.
El grupo, respaldado por Irán, gobierna con mano férrea la Franja de Gaza, uno de los territorios reclamados por los palestinos para su futuro estado y está en condiciones de sabotear ese diálogo en cualquier momento.
