Rueda el video: honorables congresistas supuestamente trabajando. ¡Oh, pero qué vemos… Algunos chateando con sus teléfonos. "Es que eso del whatsapp sí es una maravilla, ¿no?". Otros conversando en corrillo como si fueran camajanes de esquina. ¡Trabajo en equipo… Más allá, una chica, agraciada ella, le entrega unos papeles a un representante. Imaginemos la conversación: "Doctor, no me amague más, firme el papelito a ver si salimos de eso, ¿sí? (mirada coquetona)". Al fondo, aparece otro explayado en su curul hablando por teléfono, con risita socarrona y aguardientera. Imaginación de nuevo: solo da para pensar que estaba confirmando la "asistencia a un sancocho", porque "hay que cuidar los voticos".
Mientras tanto, parado en el estrado, el inspector de la Policía Nacional, general Yesid Vásquez, daba sus argumentos frente a un tema nada chiquito: la violencia en el fútbol y las atarvanadas que cometen los hinchas desadaptados, esos que les gusta matar a otros por el color de la camiseta. Severo soliloquio se mandó el general.
¡Cuántas ganas de coger a todos los que estaban distraídos a calvazos… A ver, explico, un calvazo es ese golpecito "tierno" que le daban a uno en la cabeza en la época del colegio cuando se estaba como elevado. Ganas de calvearlos y decirles: "¡Paren bolas, ole…".
Muy mal parados quedaron los representantes del pueblo. Lo que más me impresiona es que ni el escarnio público los hace tomar conciencia. "Es que cualquiera puede distraerse", justificó uno de los ponchados en video. Obvio, al igual que el personaje, todos salieron a decir que sí estaban prestando atención y que seguramente la cámara los agarró en el momento en que se les fue la paloma. Nota al margen: me abstengo de dar los nombres de los personajes porque, además de física náusea de hacerlo, me harían recordar al general Vásquez. Pobrecito, allá parado, sin nadie que lo escuchara. Se me revuelve la indignación. ¡Es que ya hemos tenido suficiente con todas las que han hecho los padres de la Patria, como aquella vez que el representante Simón Gaviria dijo que "leyó por encima" la reforma a la justicia plagada de micos…
Dan papaya. Bien lo dijo un trino por ahí: "con semejante indiferencia, no es raro que tengamos las leyes que tenemos". Eso sí, vaya pues a que les toquen los intereses personales para que se vuelvan fieras. Vaya a que les adviertan que les van a quitar las prebendas que tienen unidas a sus honorables sueldos. ¿Se acuerdan el drama que hizo el senador Juan Manuel Corzo porque no le alcanzaba la plata para tanquear? "Yo ando en un solo carro y me toca meter a tres o cuatro escoltas ahí porque no tengo cómo pagar gasolina de dos vehículos", dijo. A él sí le pararon bolas sus colegas sin necesidad de calvazos.
Cuando se conoció este video, las redes sociales se convirtieron en un hervidero de ira y furia. Se llenaron de indignación. Pero nada pasa, meten las patas y nada, pelan el cobre y nada. Vuelvo y lo digo, como en mi columna pasada, dentro de un tiempo hay elecciones para el Congreso. ¿Será que ahora sí o tocará que todos nos demos calvazos a ver si por vez primera no dejan de meter los dedos en la boca personajes como estos?.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no
