El cambio más importante es el que haces dentro de ti mismo, un cambio de mente y de actitud. Claro que la tentación constante es querer cambiar a los otros, pero ese es un intento estéril. Lo más que puedes hacer es ejercer sobre ellos un influjo positivo respetando su manera de vivir. A su debido tiempo ellos cambiarán, pero siempre es en su tiempo, no en el tuyo.
Por eso no hay nada más sabio que aceptar a todos así como son, sin que eso implique tolerar maltratos. Es una aceptación amorosa que a veces puede llevarte a tomar distancia serenamente. Dedícate a mejorar, no a cambiar el destino de los otros, ni siquiera de los que amas. Sé un ser tolerante y con eso ya dejas una buena huella y evitas confrontaciones inútiles.
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