Las campanadas de alerta que ha dado de tiempo atrás, fueron como las voces de los Pinzón cuando descubrieron América.
Cuenta la leyenda, que uno de los hermanos españoles gritó ¡tierra! al avistar territorio americano en el desembarco de la colonización española.
Esas mismas señales de alerta son las que ha dado el nadador Ómar Pinzón desde que estaba en la categoría infantil cuando se destacó en Brasil en uno de los prospectos de la natación continental.
Hoy, el muchacho de 1.85 metros y 85 kilos de peso, se abre espacio dentro del selecto grupo de los mejores espaldistas del mundo, con destacadas actuaciones en Shangai, Pekín y Tokio, donde desde la madrugada se cumple otra parada de la Copa Mundo de natación.
La meta del espaldista de 22 años está fija en los Juegos Olímpicos de Londres, donde tendrá la misión de meterse en la final, después de haber sido 13° en el Mundial de Shangai.
"Estos triunfos le sirven para su mente. Lo que él requiere es trabajar el fondo y contar con una atención personalizada", opina el director técnico de la natación colombiana, el cubano Sergio Valiente, quien considera que Ómar Andrés tiene opción de llegar a una final olímpica en Londres.
El reto, ahora, es definir un plan de entrenamiento, en asocio con la Federación Colombiana. Lo que está claro, y eso lo comentó su padre José Ómar, es que a comienzos de 2012, Ómar estará en Bogotá para hacer un trabajo de altitud, que incluye trote, ciclismo, escalada al Cerro de Monserrate y sesiones en una piscina, a 2.600 metros de altitud.
Pico y Placa Medellín
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