Los habitantes de la región Caribe de Colombia le hacen monumentos y le dedican letras a la tortuga hicotea, pero también se la comen sin discriminación.
Un innovador plan de manejo orientado al uso sostenible de la especie, amenazada principalmente por la excesiva explotación, evitará su extinción. Esto se logrará gracias a un trabajo liderado por la Universidad Nacional de Colombia, por encargo del Ministerio de Ambiente.
A los lugareños que consumen tortugas hicotea les sobra imaginación para atrapar a sus presas. Sin embargo, se quejan y notan que año tras año la tortuga escasea.
Para la investigadora y directora del departamento de Biología, María Argenis Bonilla, la situación es clara: es inútil prohibir la caza de la hicotea debido a que este animal hace parte de la idiosincrasia de muchas comunidades de la región Caribe.
Su carne es la única fuente de comida nutritiva para miles de personas, pobres en extremo. "Lo que tenemos que hacer es proponer estrategias de uso y de no uso de la hicotea, que permitan la persistencia a largo plazo de las poblaciones aunque haya consumo local".
En julio próximo, la Universidad Nacional les entregará a las Corporaciones Autónomas del Caribe el documento oficial del plan que busca lograr el manejo, uso sostenible y la conservación de las dos subespecies de hicotea.
Con el liderazgo de la UN, se busca que las comunidades se apropien de los ecosistemas que los rodean y que reivindiquen su saber sobre el equilibrio de la naturaleza para asegurar su futuro.
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