La confirmación ayer de que Irán cuenta con una planta de enriquecimiento de uranio desconocida hasta ahora acerca la posibilidad de nuevas sanciones contra el régimen de la República Islámica.
En una comparecencia ante los medios, al margen de la cumbre del G20 que se celebra en Pittsburgh (E.U.), los líderes de Estados Unidos, Barack Obama; Francia, Nicolás Sarkozy, y Reino Unido, Gordon Brown, aseguraron que la construcción de esa planta viola drásticamente los compromisos internacionales iraníes para la no proliferación de armas nucleares.
Irán debe cooperar de manera "total y exhaustiva" con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (Oiea), afirmaron los tres líderes, solo unas horas después de que esa agencia anunciara que Teherán había reconocido la existencia de "una nueva planta piloto de enriquecimiento (de uranio)".
Sobre todo, Teherán deberá permitir el acceso sin restricciones a los inspectores internacionales cuando el 1 de octubre sus representantes se reúnan en Ginebra con el G6, los países encargados de negociar sobre el programa nuclear iraní, en un encuentro que la Casa Blanca ha descrito como "de importancia vital".
El jefe del equipo negociador nuclear iraní, Ali Akbar Salehi, confirmó que su país construye la nueva planta de enriquecimiento de uranio, pero insistió en que Irán no ha violado el Tratado de No Proliferación Nuclear.
El responsable iraní subrayó que la nueva planta se ajusta a "los objetivos pacíficos" del programa nuclear y a la normativa de la Oiea.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no