La curiosidad, a veces, no es buena consejera. Porque si bien las ganas de saber, de aprender estimulan la creatividad y el conocimiento, siempre debe existir la prudencia.
En especial si se trata de ingerir alimentos, bebidas o productos que pueden generar reacciones extrañas en el cuerpo, como el caso del cacao sabanero o de los hongos, sustancias que son, en ocasiones, buscadas por las personas por sus efectos alucinógenos.
Esta en particular, explica el toxicólogo Hugo Gallego Rojas, es una planta cuyo principio activo es la famosa escopolamina, usada en la mayoría de los casos para actos delictivos.
Este arbusto también se conoce como borrachero y en otros países se le llama floripondio.
La escopolamina, recuerda el especialista, tiene efectos clínicos importantes, que incluyen la pérdida de la memoria, por ejemplo.
"A veces los muchachos la utilizan, y es muy fuerte y los pone a alucinar bastante. Quizá por eso su consumo no es tan regular", indica Gallego Rojas.
Es una planta silvestre, de climas templados y fríos, de manera que en la región es posible encontrarla en muchas partes y en sus distintas variedades de hoja blanca, que es la más común, o de las amarillas o rosadas.
"Se llama cacao sabanero por que su fruto es semejante al del cacao del que se saca el chocolate. Lo que se consume son las semillas, pues son éstas las que tienen una mayor concentración de escopolamina".
¿Intoxican? Claro, no es común, pero hay algunos reportes. Gallego Rojas refiere el caso de los niños de colegio a los que un compañero les lleva las pepitas del cacao sabanero, ellos por curiosidad las prueban y el resultado es que terminan en urgencias cuatro o cinco muchachos.
Hongos
El consumo de hongos silvestres es casi un reto entre adolescentes, que termina en las salas de urgencias.
"Hay regiones en donde el consumo de hongos reporta más casos, como en Santa Elena. Al Centro de Salud de este corregimiento llegan casos con más frecuencia", relata el toxicólogo.
Aunque hay muchos tipos de hongos o de alucinógenos, todos presentan cuadros similares al de la escopolamina: pupilas dilatadas, alucinaciones visuales y auditivas, hipersensibilidad al tacto, alteración en la percepción de colores. "Pero ojo, que hay otros que son tóxicos y pueden ser mortales", advierte el médico.
Ahora, para saber si hay una intoxicación solo es necesario darse cuenta de las alteraciones que sufre el organismo y sus manifestaciones: calambres, náuseas, vómitos...
Cuando se presentan hay que actuar de acuerdo a la sustancia. "Hay que saber qué se comió para ver qué riesgos cardiacos, neurológicos, gastrointestinales, o en el hígado, o en los riñones se están presentando".
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