Optimismo. Ese es el deseo que decretan para el Nuevo Año la mayoría de los antioqueños entrevistados ayer en Envigado y El Poblado.
Casi todos reconocieron que éste, que termina, fue un año difícil, especialmente en el sector del comercio, donde las ventas registraron una tendencia a la baja, comparadas con las del año anterior.
Sin embargo, le dieron gracias a Dios porque tuvieron trabajo y a él encomiendan el año que llega, el cual ven con buenos ojos a pesar del crítico panorama económico que plantean los expertos economistas.
"Lo malo hay que dejarlo atrás, ya termina un año bisiesto que bastantes estragos causó", afirma María Victoria Escobar.
Precisó, al igual que otros de sus coterráneos de Envigado, que llega la hora de la fe viva en Dios. "No creemos en la suerte ni en los agüeros. Al contrario, somos muy optimistas de que el 2009 será mucho mejor", agregó María Victoria.
Los antioqueños coinciden en que hay que vivir el presente y "más allá de uno hacerse promesas ilusas que no se cumplen", hay que mentalizarse positivamente y fijar metas para lograrlo.
"Eso de los propósitos es mentira. Los que más promesas hacen son los que terminan haciendo lo mismo o más. Yo no me hago promesas; lo que necesitamos es asegurar el trabajo", anotó Gilberto Restrepo, administrador de Los Cuyos.
Solo Gabriel Aníbal Calderón, carnicero de profesión en Todo en Carnes confesó que tiene como meta para el 2009 estar más juicioso, dejar de gastar dinero en licor, empezar a hacer deporte y dedicar más tiempo a las actividades recreativas.
Estudiar algo nuevo, o continuar con la formación, que en un momento dado tuvo que interrumpirse, también es otro común denominador de las aspiraciones que esperan cumplirse en el nuevo año.
La palabra "crisis" aún no se materializa, y se percibe como lejano para muchos de los entrevistados que tienen su mente puesta en las oportunidades.
"La gente se llena de pánico con esto de la crisis, pero yo creo que esto es relativo", dice Oscar Jaime Osorio, quien confía en el trabajo y su actitud para combatir el pesimismo.
Por ello, confíe en sus propósitos y en sus capacidades para lograrlos. Optimismo es la clave.
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