En la casa de Tomás Patiño ya saben que se viene un torneo nacional y hay que sacar las camas, colchonetas y catres.
"En este momento tengo a cuatro amigos en la casa. Uno de Bogotá, otro de Quindío, uno de Pereira y otro más de Manizales. Siempre es así y se pasa bueno", dice Tomás, uno de los antioqueños anfitriones en la Copa Gana, , torneo nacional juvenil de tenis de campo que se juega en el Club Campestre.
Un total de 256 deportistas de todas las esquinas del país llegaron a Medellín para el Circuito Colombia de tenis nacional.
Son pelados que vienen casi siempre solos, acompañados por uno que otro entrenador. Y encuentran a su compañero de habitación en el enemigo en la cancha.
"En este tipo de torneos los locales le damos posada a los tenistas de afuera, ellos hacen lo mismo con nosotros. Hablamos, molestamos, salimos, entrenamos juntos. Es una relación buena entre rivales", explica Patiño, antioqueño que está en segunda ronda de la categoría de 16 años, y quien acepta que el gomoso del PlayStation se friega cuando llega a su casa. "Ni siquiera tengo".
Esa camaradería, que en jóvenes es pura bacanería, es la esencia de un torneo que se juega sin árbitros y en el que los rivales son los que llevan el marcador.
Más allá de cuadros y marcadores, son jóvenes regados por los pasillos de los clubes, haciendo fuerza por el amigo en las tribunas de las 16 canchas de El Campestre, o simplemente hablando de todo un poco, desde las raquetas hasta de novios.
Y en los dos primeros días sí que se vio unión. La lluvia de la tarde, además de retrasar las jornadas, también generó que las conversaciones se hicieran más largas, esperando a la reanudación de los partidos.
Con los juegos semifinales en la modalidad de sencillos, hoy a partir de las 8:00 de la mañana, se cumplirá la penúltima jornada de la Copa Gana. Un espacio para encontrar las raquetas del futuro en medio de los amigos del presente.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6