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Ramiro dibuja sus premios

EL CARICATURISTA RAMIRO Zapata acaba de ganarse el Aydin Dogan, en Turquía, galardón que irá a recoger la próxima semana y que se suma a otros reconocimientos internacionales recibidos por su trabajo.

  • Ramiro dibuja sus premios | Fotos: Juan Antonio Sánchez | En sus caricaturas, Ramiro Zapata trata temas de medio ambiente, maltrato infantil y política, entre otros, de una manera crítica, reflexiva y mordaz. Con el cocodrilo y la Torre Pisa ha ganado premios.
    Ramiro dibuja sus premios | Fotos: Juan Antonio Sánchez | En sus caricaturas, Ramiro Zapata trata temas de medio ambiente, maltrato infantil y política, entre otros, de una manera crítica, reflexiva y mordaz. Con el cocodrilo y la Torre Pisa ha ganado premios.
10 de octubre de 2011
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El hijo fue el que le dijo que esa era, y como Ramiro también estaba contento con ella, la envió. Era la primera vez que concursaba y es la primera vez que va a Turquía. Aunque no la última: "El año entrante -expresa él- me lo quiero volver a ganar".

El fondo es negro. Azuloso un poco. Como humo, quizá. Como una noche negra, también. Y arriba, en un pedacito de papel, está el retrovisor con nubes, con árboles, con un pasado. Ramiro Zapata cuenta después que es un poco ese tema de la contaminación. Lo del retrovisor es lo que quedaría del mundo.

Es caricaturista. De esa época en la que empezó a dibujar, no tiene la fecha exacta. Tal vez fue a los cuatro años, cuando su tío, que era pintor, puso a secar un cuadro, ya terminado, del Sagrado Corazón de Jesús. "Yo creí que le faltaban unos retoquecitos" y le echó otras pinceladas. No le pegaron gracias a la intervención de la abuela, porque si no... Ramiro se ríe.

Le encanta el papel guarro, el que queda como con puntos. Pinta con lápiz acuareable por la fusión que dan los colores. Le gusta trabajar a mano. "Es que en computador es más fácil". A mano, si se equivoca, pierde el trabajo de los días anteriores.

Le gusta que la imagen sea la que juegue completamente. "Me encanta la caricatura sin texto". Por eso es muy raro que un trabajo de Ramiro tenga una palabra. "Ni una onomatopeya, siquiera".

Él deja, por ejemplo, que en otra de sus obras, sea el cocodrilo el que diga todo, con esa trompa que ya no es trompa sino zapato.

Sus caricaturas se vuelven universales, precisamente por ello. Cada persona, sin importar el idioma o la nacionalidad, puede reflexionar y llevarse el mensaje que encontró allí. Quizá sea ese uno de los motivos por el que este caricaturista lleva tantos premios encima. Internacionales, sobre todo.

El más reciente es el Aydin Dogan, que se ganó con la caricatura del retrovisor, a la que no le puso nombre y por la que, el sábado, viajará a Turquía a recibir el premio, aunque también a conocer. "Vamos a decirle al avión que se devuelva por el otro lado, para conocer más". Lo dice serio, con ese humor que está implícito en cada caricatura.

El Aydin Dogan es un concurso internacional, con sede en Estambul, Turquía, en el que participan caricaturistas de todo el mundo, y es uno de los más importantes en el género.

Él recibirá, el martes 18 de octubre, el reconocimiento Success Award, que es el Premio al Éxito. Por lo que ha leído, entre los otros ganadores, en otras categorías, está un ruso, un israelí y un inglés.

Tantos premios
Ramiro ya se puso la vacuna, ya le enviaron la visa y ya está listo para los dos días de viaje. No va solo. Como la caricatura la presentó con apoyo de la Fundación La Barca, de la que es miembro honorario, y de la que es presidente Crisanto Vargas, irán juntos.

Es que la vida de Ramiro tuvo un tiempo difícil, en la que dejó su arte, porque "no quería tocar un lápiz". Sólo hace tres años volvió y ha buscado ayuda, entre los que ha encontrado al humorista: "Como Fundación, queremos rescatarlo para el mundo de la caricatura".

Lo que pasa es que el talento de Ramiro va trayendo reconocimientos por sí solo. Su caricatura más famosa, la de la paloma pequeñísima en un fondo negro, ha ganado siete premios internacionales. Y la del cocodrilo que termina en el zapato, lleva tres.

La lista es larga. Es más, a la que ganó el Aydin Dogan ya le habían dado este año el Gran premio, en el Festival Internacional de Caricatura Cartoonrendon , que se hace en Rionegro.

Ramiro es un artista que sin palabras va contando historias. Caricaturiza el medio ambiente, la violencia de género, la paz, el mundo mismo. "Muy crítico. Mi caricatura es muy mordaz".

Un día le llega el pensamiento y, de pronto, lo apunta. Luego, a veces alegre, a veces aburrido, a veces ni lo uno ni lo otro, empieza a mirar si funciona, y ya se va haciendo caricatura, se va minimizando, porque le gusta "ser lo más lacónico que pueda". La caricatura llega al papel. Después vienen los premios. Él, sigue dibujando.

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