Que el Mundial de Sudáfrica está loco. Eso dicen en las calles los desesperados hinchas que ven disminuir sus posibilidades de ganar las pollas tras la rebelión de los chicos.
Y es que ayer, ante la decepción generada por el bajo rendimiento de las potencias europeas, Alemania e Inglaterra, de nuevo se recordó la escandalosa caída de España a manos de Suiza, y los empates del campeón Italia (con Paraguay) y Portugal (con Costa de Marfil). Y ni qué decir del fracaso francés, al borde de la eliminación. "Los impostores", así tituló ayer L'Equipe para referirse a los jugadores.
A diferencia del continente americano que tiene invictos a siete de sus ocho representantes, los chachos del otro lado del mundo, archifavoritos para levantar el 11 de julio el preciado y máximo trofeo, y dueños de las ligas más millonarias y competitivas del planeta, sufren en el arranque de la Copa Mundo 2010.
Al tren alemán, que venía de golear 4-0 a Australia, lo descarriló una ordenada Serbia. Había qué ver la impotencia del entrenador Joachim Loew en el banco de suplentes para entender lo desdibujado que lucía el equipo en la cancha sudafricana. Fue tan pobre la actuación de los germanos que las estadísticas que entrega la Fifa dan cuenta de sólo cuatro remates a puerta por tres de los serbios, con lo que les bastó para ganar.
Pero la tapa del bajo desempeño la tiene Inglaterra, cuyo técnico, el italiano Fabio Capello, recibe 10 millones de euros al año por sus servicios. Dos presentaciones y dos empates frente a E.U. (1-1) y Argelia (0-0) es el balance del país que se considera la cuna del fútbol, campeón mundial en 1966 y con once participaciones en el torneo que organiza la Fifa.
Los argelinos, en su regreso al certamen tras 24 años de ausencia, desnudaron todas las fallas inglesas y tuvieron un dominio de balón del 52 por ciento.
El seleccionador de Argelia, Rabah Saadane, dijo a la agencia Efe que antes del partido pensaba que "los ingleses eran mejores", mientras que Capello sólo atinó a manifestar que "este no es el equipo que yo conozco".
El Mundial africano, en el que también se espera el repunte de los seleccionados anfitriones, les pasa factura a los europeos que hoy reciben duras críticas por su irregular desempeño.
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