Carlos* aprendió a redactar una tutela por instinto de supervivencia. Es flaco, pero fornido. Aprieta la mano con firmeza al saludar y despedirse y con ternura se las da a sus hijos para cruzar la calle.
La enfermedad de Carlos es crónica, es decir, no tiene cura, pero sí tratamiento y precisamente es por eso por lo que lucha.
Su condición, además, aún está rodeada de mitos y estigmas: hace 13 años le dijeron que era portador del Virus de Imnunodeficiencia Humana (VIH). Entonces tenía 32 años.
Ahí comenzó su batalla, como la de todos, primero, contra la enfermedad... luego contra el sistema.
"Actualmente estoy tramitando una tutela por falta de entrega de medicamentos". Y eso pasa con frecuencia.
Tardan 15 días, 20, un mes, para entregarles eso que necesitan para vivir: los retrovirales. O más. "He esperado más de dos meses que me entreguen la totalidad de las drogas y para cuando ocurre, ya generé resistencia a ese medicamento", relata Carlos.
Mariano Roldán, presidente de Gestión Cultura, también sabe del asunto y de las peleas.
"En todo estos años hemos mandado cartas, tutelas, nos hemos manifestado y poco a poco hemos logrado una mejor atención", dice este hombre, portador del VIH también.
Su último triunfo fue lograr que la Nueva EPS dejara de exigirles a los pacientes una autorización del infectólogo para entregarles los retrovirales, trámite que retardaba aún más la entrega por parte de la farmacia.
Pero eso costó sangre, sudor y lágrimas.
De cuenta de esos retrasos Carlos estuvo, entre marzo y junio de este año, tres veces hospitalizado. Además, ya es resistente a casi todos los medicamentos.
"A uno lo atienden y le mandan la fórmula, pero que brega para que se lo entreguen".
En la actualidad espera que le entreguen el Fuzeón, una de las tres drogas que necesita. Las otras se llaman Raltegravir y etravirina. Ese es el quinto coctel de medicamentos que recibe, pues los otros ya no le hacen efecto. "Si se demoran más en dármelo, pues ahí sí iría para atrás, porque estos tres son los últimos que salieron".
Poniendo tutelas
La primera tutela que interpuso Carlos fue una fiel copia de una que conoció y que hacía un señor en frente de Monterrey. La escaneó y de ahí empezó a mirar cómo hacer la suya.
Ya ha recurrido a dos para él y también a un derecho de petición. Pero si se suma todas las que ha ayudado a tramitar, no le alcanzan los dedos de las manos para contarlas.
Y esa lucha es cada mes, cuando se acaban los medicamentos. "Yo ya me dedico a pelear, a ayudar a los que no pueden reclamar o les niegan el derecho", dice este sincelejano.
¿Pero el resto de la atención, es buena?
"Mira, a ti te pueden atender miles de médicos, y te pueden mandar todas las drogas, pero si no te las dan, quedan en las mismas".
*Nombre cambiado a petición de la fuente.
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