Es una fecha para generar conciencia por los pocos esfuerzos para diagnosticar a tiempo y tratar estas enfermedades en algunos países del mundo, especialmente los de bajos y medianos ingresos, y por las cifras de alteraciones mentales que hoy se registran.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, OPS, una de cada cuatro personas sufre un trastorno mental o neurológico en algún momento de su vida, 121 millones de humanos sufren depresión y 50 millones epilepsia. Para Facundo Manes, neurólogo y neurocientífico argentino, el impacto de las enfermedades mentales en la sociedad mundial es enorme. "La depresión es la principal causa de discapacidad en personas entre 35 y 50 años y, en la próxima década será la segunda causa general de discapacidad, superando a los accidentes de tránsito y los cerebrovasculares, y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Como patología extrema, la depresión es la principal causa de los suicidios que se producen en el mundo, uno cada 40 segundos", señala el experto.
¿Ausencia de locura?
Hasta hace unos años, eso podría considerarse como buena salud mental. Sin embargo, hoy el concepto se ha ampliado. La Organización Mundial de la Salud, OMS, la define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, y puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
Así las cosas, Gabriel Jaime Guarín Alzate, secretario de Salud de Medellín, llama la atención sobre los problemas de adicción, el consumo de alcohol y las formas de resolver los conflictos en la ciudad.
"Cuando se tienen problemas de adicción se pierde la capacidad de interactuar de forma armónica y eso empieza a desenganchar de la vida social normal, son personas que sufren, empiezan con trastornos mentales y terminan en orgánicos. No solo es el loco, antes pensábamos que tener salud mental era tener pocos locos, las depresiones tan frecuentes hoy deben ser intervenidas por la salud pública porque sino vamos a tener un sociedad enferma", dice el experto.
Y agrega: "Una persona con depresión no es capaz de relacionarse adecuadamente con la familia y el entorno laboral. Tener salud mental no es solo acudir al psiquiatra, es tener acceso al deporte, a la cultura, a la educación. Por esa razón, la salud mental en los próximos años se debe convertir en uno de los principales focos de intervención de las ciudades", dice Guarín.
Y es que las alteraciones mentales no son solo cuestión de adultos. Facundo Manes explica que algunos estudios han determinado que el 13 por ciento de los niños entre 8 y 15 años tiene alguna forma de trastorno mental y menos de la mitad recibe tratamiento.
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