No es muy dada la rama judicial a aceptar críticas u observaciones a sus fallos (sentencias). Hay hipersensibilidad frente al examen crítico de la calidad, oportunidad, coherencia y rigor jurídico de las decisiones de los jueces.
Y cuando la crítica proviene del Poder Ejecutivo, esa susceptibilidad se convierte, muchas veces, en histeria.
Estamos de acuerdo todos en que las decisiones de los jueces hay que acatarlas. Pero también se pueden criticar. Estamos en un Estado Social de Derecho, con libertad de opinión.
En el último caso conocido, el Presidente Santos recogió un sentimiento general frente a la sentencia que obliga al Ejército a pedir perdón por los desaparecidos de la toma del palacio de Justicia (crimen del M-19) y por remitir, de forma ilegal, a Belisario Betancur a la CPI.
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