En el preciso momento de cruzar la meta, levantó los brazos y con sus manos formó un corazón.
Y fue un corazón bien grande el que puso Nairo Quintana (Movistar) en la escalada final del Tour de los 100 años de Annecy Semnoz, para conseguir la victoria 14 de Colombia en la historia de la Grande Boucle.
"Hay Nairo Quintana para rato. Hacía muchos años que en Colombia no se vivía algo así, algunos lloran de alegría. Quiero decirles que disfruten, que esto es de verdad, que hay Nairo Quintana para rato, para que sigan disfrutando", comentó a la Efe el escalador de Cómbita que subió al podio para reclamar las camisetas de los jóvenes y del mejor escalador.
La de ayer pasará a la historia la etapa 20 del Tour de los 100, porque el triunfo de Quintana fue labrado en función de equipo, con la orientación en carretera del técnico José Luis Arrieta, a quien le dedicó el triunfo parcial, su primero en la Grande Boucle, y el papel de su compañero Alejandro Valverde, quien maduró al líder Chris Froome (Sky) y a Joaquim Purito Rodríguez (Katuscha), para después recoger la cosecha en la última ascensión de fuera de categoría que le reportó 50 puntos y la camiseta de pepas rojas que le arrebató al keniata Froome.
"Este es el final de un viaje maravilloso que se inició en Kenia en una bicicleta de montaña. Le tengo un gran respeto a Nairo, sabía que haría una gran etapa porque tenía mucho por ganar, con sus habilidades de escalador será protagonista en el futuro. Él se merece este segundo puesto en el podio", aseguró a www.biciclismo.com el vestido de amarillo, quien mañana irá a París en horas de la noche al lado de Nairo Quintana y Purito Rodríguez, quienes le arrebataron el cajón a Alberto Contador, exprimido en la escalada final, esa en la que el pequeñín de 1.69 pensó en la victoria para "mi amigo Mauricio Soler, el último colombiano que ganó etapa y la montaña, en el Tour de 2007. Un triunfo de bandera para el país. Con corazón.
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