Ha sido un proceso. El de ver otras realidades: pequeños como ella, con cáncer, o sin dónde dormir. María José Londoño Jaramillo tiene 12 años, y de la mano de su hermana, Luisa, una voluntaria en la Fundación Soñar Despiertos decidió empezar a disponer de su tiempo libre, el de los juegos o el de salir a comer un helado, para darle tiempo y cariño a otros.
Ella dice que ayudar a los demás le ha ayudado a ser más consciente y, claro que sí, a pensar distinto.
Su misión ahora es hacer reír a los niños y más adelante, ayudar en su trabajo, quizás como diseñadora gráfica.
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