La codicia quiere satisfacer diferentes ambiciones: la de dinero, la de poder, y por qué no, la de subir el propio ego.
No son pues creíbles los denodados esfuerzos que viven haciendo los funcionarios de nómina pública para hacerle creer a la masa que sus móviles son netamente altruistas y hasta caritativos; que gastan ingentes sumas de dinero y acometen extenuantes campañas proselitistas únicamente por amor a la patria y por el bien de sus conciudadanos.
Prometo votar por quien o quienes tengan la valentía y honradez de reconocer que aspiran por la remuneración, o por lograr poder, o por demostrar su propia valía, pero que prometen a cambio demostrar con trabajo, rectitud y eficiencia ser dignos del honor y merecedores del sueldo.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4