Cada grito contra la violencia, cada cántico por la vida y contra la muerte y hasta los reclamos de justicia por la sangre derramada tuvieron el sonido callejero y juvenil de la música rap.
La movilización de ayer contra la violencia que azota a Medellín y en particular a la comuna 13, y cuyas principales víctimas han sido los jóvenes, fue un concierto itinerante por el respeto a la vida.
Como lo habían anunciado los organizadores al convocar la marcha de rechazo a la violencia, tras el asesinato el sábado pasado del rapero conocido como Yhiel, la protesta no sería triste ni con minutos de silencio, sino con música y arte.
Por eso desde el punto de partida en la estación San Javier, la marcha que convocó a unas dos mil personas tomó un rostro juvenil. Caminaron mientras sonaban tamboras, trompetas y rap en radios portátiles.
Por la calle San Juan marcharon los "parceros" de los barrios de la comuna 13 y de otras zonas de la ciudad que se sumaron a la marcha, con cientos de raperos de la red de hip hop La Elite cantando sus canciones, mientras elevaban pancartas con las fotos de los cinco raperos asesinados.
"Aquí estamos protestando por el parcero que se ha muerto, tanto sentimiento y tristeza, me dan ganas de llorar por los raperos que han caído", improvisaba un moreno en medio de un grupo de amigos que seguían su improvisación con manos al aire y con sonidos con la boca llamados beat box.
También se escucharon voces que reclamaban seguridad para los habitantes de la comuna 13, una de las zonas de Medellín más golpeadas por la violencia desatada por los combos delincuenciales, enfrentados por control territorial y rentas ilegales.
"Cuántos más caerán en una guerra sin final", decía un pasacalles sostenido por los marchantes.
La música no se silencia
En medio de la multitud juvenil también marchaba Jecco, el compañero del asesinado Yhiel, de Ruta Difusa.
Durante la caminata entre San Javier y el sector del Estadio recordó que durante cuatro años él y Yhiel, muerto la semana pasada, recorrían la misma ruta hasta un estudio en Belén, donde grababan sus canciones y soñaban con vivir de la música.
"Por estas mismas calles pasábamos muchas veces juntos, ahora estamos marchando para rechazar la violencia que le quitó la vida a él y a otros parceros como 'Colacho', Andrés Medina, McChelo y 'el Gordo' que fueron asesinados antes que Yhiel", dijo el joven rapero.
A pesar de su tristeza y la pérdida de amigo y compañero, Jecco está decidido a continuar con los sueños musicales que se truncaron por culpa de los violentos, que segaron la vida de un joven a quien todos consideraban un "talentoso que podía llegar muy lejos".
"Teníamos un trabajo casi listo, Revolución sin Muertos y el próximo se llamaba Soñadores. Lo vamos a hacer porque Yhiel nos decía que así el faltara teníamos que seguir adelante".
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