Cuenta ella que estuvo al borde del retiro. Que, igualmente, hasta se fastidió del deporte. Qué contraste: ahora siente, más que nunca, el canotaje. Incluso, afirma, que es su estilo de vida. Pero, además, el que le da oro, plata y bronce a Tatiana Muñoz.
Primero fue a nivel departamental; luego, nacional. Así empezó a brillar en las cálidas aguas de Guatapé, donde apenas unos cuatro años atrás -luego de dos de retiro- recobró su amor por el canotaje, cuando en Antioquia este deporte empezó a coger forma y seriedad.
El fin de semana, en una pista extraña y lejos del país, en Ciudad de México, Tatiana, revalidó esos años de intenso trabajo que la llevaron a ser campeona bolivariana, suramericana, centroamericana y, ahora, panamericana. En compañía de otra tesa del kayak, Aura Escamilla, consiguió el primer título (premiado con medalla de oro) que logra el país en un Campeonato Panamericano de velocidad.
Pero no sólo eso. Tatiana Muñoz y Aura Escamilla se dieron el lujo de doblegar a experimentadas deportistas de países con más tradición, como Chile, Canadá, Argentina y Brasil. El triunfo fue en el evento K2 1.000 metros.
En 2004, Tatiana se había retirado, aburrida de la práctica. En su regreso ha cosechado un camino de triunfos. No sabe de imposibles. "Cuando me preparaba para los Juegos Suramericanos, me decían que iba a ser complicado pelear por un oro; gané uno. Es pura fe en el trabajo", señala.
Y es así, en las justas pasadas, en Medellín, consiguió un oro, cinco platas y dos bronces. Fruto de la entrega al trabajo, como lo reconoce. Y del apoyo de Indeportes, la Liga y el COC. Una mujer de oro.
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