Si bien, nuestro peso ha venido apreciándose (revaluándose) en los últimos dos años, se debe a que lo valoramos sólo con respecto al dólar y a corto plazo. Es así, como actualmente tenemos cotizaciones similares a las de 1998 ($1.750); pero si lo hacemos con relación al euro (la otra moneda fuerte del mercado mundial) la cotización ha pasado de $1.575. (1998) a $2.750 (julio/2008) registrándose una devaluación del 75 por ciento en la última década y del 7.5 por ciento anual en promedio durante el mismo periodo.
¿A quiénes favorece la revaluación? El primer favorecido es el Gobierno por la rebaja en la deuda externa medida en pesos, situación similar se les presenta a los deudores particulares en dólares, estudiantes y viajeros al exterior, importadores de bienes de consumo y de capital, inversionistas extranjeros que traen su capital al país, en general a los que generen pasivos en dólares. Si bien afecta a los exportadores porque reciben menos pesos por sus ventas, debemos ser conscientes de que, si actuamos dentro de una economía globalizada, quienes exporten no deben incluir el efecto devaluación dentro de sus sistemas de costos por el riesgo de afectar sus predicciones financieras .
El estímulo que deben recibir tendrá que hacerse en otra forma; por ejemplo, dándoles condiciones favorables especiales para entrar de lleno al Mercado de Cobertura de Riesgo Cambiario.
Grandes esfuerzos hace el Banco de la República por frenar la revaluación del peso, unas más o menos efectivas, pero se hace caso omiso de otras que pueden ser más impactantes. Me refiero a la autorización plena para que los colombianos puedan manejar fondos en dólares en la banca nacional: cuentas de cheques, ahorros, CDT, fiduciarias y bursátiles; de esta forma se evitaría la monetización de los dólares que entran al país por diferentes conceptos, se estimularía el ahorro en divisas (un gran anhelo de los colombianos) y se evitaría su atesoramiento en "guacas" que de nada sirven para dinamizar la economía.
Podría alegarse que esto es una forma de dolarizar nuestra economía, ¿pero no cree, amigo lector, que allá tendremos que llegar y es un tema que debe debatirse con seriedad ahora cuando están dadas las condiciones para hacerlo?
Al fin y al cabo los colombianos aceptamos en forma generalizada el dólar en todas nuestras transacciones como si fuera nuestra propia moneda, sólo falta entonces darle poder liberatorio para que sea aceptado también como una moneda oficial. ¿Será que a Panamá, Ecuador, El Salvador, les habrá ido mal con la dolarización de sus economías?
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