¿Quién responde estos interrogantes? Así tituló monseñor Ricardo Antonio Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, el comunicado que emitió ayer, en el que cuestiona la prolongada violencia de la ciudad. Con él hablamos.
¿Por qué envió el comunicado justamente cuando se supo que Medellín es la ciudad más innovadora?
"Usted me trae la noticia. Fue una reflexión hecha con otros sacerdotes sobre la situación de la ciudad y el área metropolitana, que nos preocupa por la gravedad y por la prolongada violencia en nuestra ciudad. Con frecuencia expongo lo que pienso y lo que sentimos en la Arquidiócesis".
¿Hasta dónde llega la Iglesia en zonas de conflicto?
"La Iglesia acompaña y sirve a las comunidades. En los lugares más difíciles de Medellín hay una parroquia y un sacerdote. Allí enseñamos el Evangelio, un camino para encontrarle sentido a la existencia y convivir ayudándonos unos a otros. Tenemos obras en educación, acompañamiento de los más pobres, reconciliación entre grupos enfrentados. Aportamos muchas veces con el heroísmo de sacerdotes".
¿Cree que las autoridades le están dando la espalda a la ciudad?
"El sentido del artículo no es juzgar a nadie. Recogí preguntas que la gente se hace. La situación es compleja, de mucho tiempo. Hay que aplicar un plan integral y a largo plazo para que no se prolongue más la violencia. Las autoridades trabajan, y mucho. La situación no depende de un grupo ni de una persona. Es necesario que despertemos y nos comprometamos".
¿El alcalde Gaviria va en la ruta correcta en cuestión de seguridad?
"Hemos enfrentado el problema de la violencia por donde no es. Creemos que basta con reprimir. La violencia es una manifestación de una sociedad que no logra un desarrollo integral para todos. Apuntar a una solución exige una acción conjunta y de muchos frentes".
Dos propuestas que se deban aplicar para solucionar el problema de inseguridad...
"Todas las prácticas posibles se han aplicado. Es fundamental la educación. No viviremos en paz mientras no nos eduquemos para la paz. Es muy importante buscar justicia social para que las personas vivan con dignidad. Esto es fruto de una ciudad que ha crecido en parte sin planeación. Se necesita un plan que enfoque todo: educación, reconciliación, aporte de instituciones".
¿La violencia de esta ciudad tiene salvación?
"Esta ciudad tiene futuro. Hemos sido capaces de superar, en la vida cotidiana, una guerra permanente. Me alegra la noticia de que Medellín sea la ciudad más innovadora. Indica cuántas cosas buenas se hacen, pero tenemos un mal que no podemos esconder: no sabemos convivir".
Cuando los dirigentes publicitan galardones como ciudad innovadora, ¿quieren maquillar la realidad?
"No, hay que presentar los aspectos positivos de la ciudad".
¿Qué estaría dispuesta a hacer la Iglesia por la solución del conflicto?
"Como siempre, a colaborar en lo pastoral: educar, trabajar por la reconciliación, el perdón, cooperar por el desarrollo social integral, animar a la integración para salir juntos del problema".