Nos contaba el sacerdote celebrante en una eucaristía en el templo de La Chinca, en Santa Fe de Antioquia que en épocas ya lejanas, cuando para ir al corregimiento de Guasabra se necesitaban dos mulas y tres posaderas, a un señor se le ocurrió llevar una marrana de raza muy costosa para hacer la cría en ese rico corregimiento.
Con mucho cuidado dos peones llevaban la cerda por el camino real, alimentándola y dándole de beber para evitar que se asfixiara, pero no valieron los cuidados ni las hojas con que la tapaban, pues la marrana en una curva del camino estiró la pata.
El dueño del animalito, para su consuelo, mandó pintar un letrero en una tabla que puso en la fatídica vuelta de la frisolera, que decía: "Aquí fue donde la puerca torció el rabo".
En este país, donde la violencia crece cada día más, con atentados de las Farc y los Elenos, las bacrim y la delincuencia común, las mafias organizadas y motociclistas y choferes agresivos, ha resultado otro grupo de violentos que utilizan la palabra para hacer terrorismo verbal.
La exparlamentaria y periodista María Isabel Rueda y el presidente del Senado y médico Roy Barreras, han resuelto recordarle al exministro, escritor y periodista Fernando Londoño Hoyos, la bomba lapa de que fue víctima el año pasado, diciéndole que ese artefacto que casi le cuesta la vida, lo dejó medio y le quitó facultades para opinar.
El doctor Barreras y la periodista Rueda que pertenecieron a las filas más obsecuentes del expresidente Álvaro Uribe, en el pasado cercano, ahora quieren demostrarnos que están a punto de diabetes con la mermelada santista, atacando con vehemencia a todo el que se oponga a las políticas presidenciales del señor Próspero Santos. Con razón decía Piquiña en Cocorná: "Uno volteado tiene que hacer mucha pirueta pa que le crean".
Lo malo es que las piruetas sean tan perversas como recordarle a un personaje que estuvo al borde de la muerte, el artefacto que conmovió al país y pretender que por eso se deba callar para no merecer otro atentado. Y que este terrorismo verbal lo empleen personajes de tanta trascendencia nacional, "aquí sí fue donde la puerca torció el rabo".
Pero no van a atemorizar al periodista y exministro Fernando Londoño Hoyos quien con el atentado se creció más y con estos ataques se estimula como el toro con las banderillas o los perros bravos, cuando les "hacen brujitos".
El director de La Verdad tiene razón cuando dice que por nuestra Carta Política, y por los tratados internacionales que nos obligan, no se puede amnistiar, ni perdonar a los narcoguerrilleros, aunque dejen las armas. Esto es lo que les duele a María Isabel y a Roy.
ÑAPA: Debo afirmar que he podido constatar que el exmagistrado Jaime Alberto Arrubla Paucar siempre ha atendido oportunamente sus compromisos financieros y comerciales y que en el caso particular de su esposa enferma por un accidente, siempre atendió a cabalidad las obligaciones y gastos que requirió hasta su muerte. En este sentido rectifico la información que publiqué en el 2010.
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