El de los transportadores es un gremio aguerrido, con poder económico, con muchas influencias, con peso político en los gobiernos locales y hasta en el nacional, y con una convergencia de intereses que en ocasiones rayan con el progreso y el desarrollo.
Es claro que como gremio debe tenerse en cuenta en importantes decisiones en materia de transporte, y sería poco sensato siquiera insinuar que no deba ser así, sin embargo, este sector, pareciera ser a veces un palo en la rueda del desarrollo del transporte en el país, debido a la diferencia que hay entre sus intereses particulares y los intereses colectivos de los demás ciudadanos que queremos disfrutar de eficientes sistemas de transporte.
Los colombianos hemos desperdiciado por largos años la oportunidad de tener un río Magdalena navegable y un sistema de transporte férreo de nuevo en operación, los cuales aliviarían en el entorno actual, la congestión que hay en nuestras carreteras y puertos, haciendo más eficientes los recorridos, no solo en el transporte de carga sino también de pasajeros. En el ámbito urbano, ¿quién no sueña con tener sistemas de transporte eficientes, con ejes centrales operados por metros, buses articulados, tranvías, etc., que sean alimentados por diferentes rutas de buses, taxis y cables aéreos integrados eficientemente a todo el sistema de transporte?
El desarrollo del transporte en Colombia ha permanecido en un estado de letargo por largos años, sin duda, porque precisamente al sector del transporte no le conviene que le cambien su status quo , y vean, por ende, afectados sus intereses que por décadas han permanecido en una cómoda posición.
A Colombia le llegó finalmente la hora de organizar la casa en este sentido. Y los transportadores están llamados a convertirse en socios estratégicos del desarrollo del transporte, aportando su valioso conocimiento y no en actores que obstaculicen el progreso que todos los colombianos merecemos en esta materia.
Actualmente hay vigente un convenio entre la firma estatal china -Hydrochina- y el Gobierno colombiano para desarrollar un Plan Maestro para el aprovechamiento del río Magdalena, dentro del cual se evaluará la manera de potenciar la navegación por este importante afluente. También los chinos se han interesado por el desarrollo del transporte ferroviario en algunas zonas del país, sobre todo con el objetivo de mejorar la eficiencia portuaria y eventualmente instalar una alternativa diferente al Canal de Panamá.
El Metro de Medellín viene trabajando también en la reactivación del sistema ferroviario en Antioquia, mediante el desarrollo de un Sistema Férreo Multipropósito que integre componentes de transporte de desechos sólidos, pasajeros y carga.
El metroplús también debe abrirse camino en medio de las rutas de buses actuales que operan sus corredores para dar comienzo a su operación, pero ciertos transportadores se niegan a aceptar algunas condiciones necesarias para que esto ocurra de manera eficiente. Y es que en el escenario del Sistema Integrado de Transporte en Medellín, técnicamente no pueden operar conjuntamente por un mismo corredor rutas de buses y metroplús.
La invitación a los transportadores es a que en la defensa de sus intereses, prime un sensato equilibrio entre el bienestar particular y el colectivo, y no se conviertan en necios obstáculos para el desarrollo del transporte en Colombia, porque ellos deben ser transportadores de desarrollo y no de subdesarrollo. Recuerden que el que mucho abarca, poco aprieta. No vaya ser que se queden mirando para el techo por querer preservar los enormes beneficios de otrora, los cuales ya no son viables en el nuevo contexto de desarrollo.
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