Medellín amanece hoy para vivir su último día de Feria de las Flores. Las orquídeas del Jardín Botánico y las Chivas son, entre algunos otros, los dos grandes eventos que todavía quedan pendientes de unas festividades que durante diez días se gozó la ciudad y que deberán ser recordadas por sus muchos aspectos positivos.
Mañana la ciudad tendrá un guayabo doble. De un lado el duro despertar tras casi dos semanas de parranda y del otro la nostalgia de tener que esperar un año entero para volver a vivir emociones tan intensas, alegres y placenteras.
El balance de la Feria de las Flores 2008 es muy satisfactorio. La ciudad, en toda su extensión, vibró con los espectáculos masivos y con todos los eventos que se programaron, por pequeños y sencillos que fueran. Hubo oferta para todos los gustos y respuesta de la ciudadanía a todas las invitaciones. Lo común fue ver nubes de gente en todas las actividades. Gente contenta, sonriendo, cantando y disfrutando de todo lo que vio, escuchó, tocó y bailó.
Los megaeventos estuvieron mejor que nunca. Los desfiles de silleteros y de autos clásicos y antiguos resultaron excelentes y la cabalgata mejoró en muchos aspectos. Pero hubo más. La ciudad entera fue una fiesta con los multitudinarios tablados en los barrios y la gente respondió y disfrutó en los centenares de eventos públicos y privados.
La Feria de las Flores no sólo fue diversión para los locales. Miles de turistas llegaron a Medellín a disfrutar de este festivo verano. Los hoteles registraron una ocupación cercana al 80%, que es excelente. La economía de la ciudad se sacudió un poco. Muchas personas encontraron en estas festividades una oportunidad de lograr interesantes entradas económicas, que siempre hacen falta.
Hay cosas por mejorar. La influencia negativa de la Feria en la movilidad de la ciudad es un problema que nadie puede negar y que se tendrá que mejorar en próximas versiones. El consumo exagerado de licor y la gran cantidad de conductores embriagados que protagonizaron accidentes son también puntos para tener en cuenta.
Pero el balance es excelente por todo lo anterior y por un aspecto que nos debe satisfacer a todos. Medellín ha ido aprendiendo a festejar con más paz, sin tantos excesos que den pie a tragedias. La prueba fue los bajos índices de homicidios que registró la ciudad en estos días. Incluso las autoridades no reportan asesinatos en eventos que tuvieron que ver con la Feria.
Los paisas estamos siendo cada vez más tolerantes, cada vez respetamos más los espacios y los gustos de los demás y por eso y por la inmensa cantidad de felicidad y esparcimiento que nos trajo, debemos estar felices de la Feria de las Flores y procurar repetirla así por muchos años más.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
