En algunas Parroquias de Medellín, y en muchas del mundo, existe aparte un oratorio o capilla de adoración al Santísimo abierta al público día y noche o mucha parte del día.
Visitar a Jesús en la Hostia consagrada es hablar con Él cara a cara, como lo hacían los discípulos acá en la tierra con Jesús, decía una monja contemplativa.
El Papa Juan Pablo II, en junio de 1993, en el Congreso Internacional Eucarístico de Sevilla dijo: "el ideal es que hubiera adoración perpetua, en todos los templos".
El Padre Juan María Vianey, santo cura de Ars, decía constantemente a sus feligreses: "Jesús está ahí, si supieran cuánto los ama, morirían de felicidad". Él vio en una ocasión cómo Jesús tomaba con cariño en sus manos la cara de cada persona que lo visitaba en el Santísimo, para acariciarlo. La paz que se siente allí es indescriptible.
Ojalá que no nos lamentemos cuando ya no haya tiempo disponible para recuperar tantas bendiciones perdidas por no haber asistido más a la Misa y no haber recibido y adorado más a Jesús Sacramentado. Nunca es tarde. Jesús está presente en el Sagrario, pero es mejor mirarlo cara a cara, en la Hostia consagrada. Además si estamos en gracia de Dios, recibimos indulgencias y muchas bendiciones, más allá de lo que podemos imaginar; pero no lo debemos hacer por interés, sino demostrarle nuestro amor y agradecimiento, con toda el alma.
Pico y Placa Medellín
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