Aquí está otra situación con características de "hecatombe social"... Las "viviendas de interés social" en la práctica resultan costosas, incómodas y difíciles de adquirir por los requisitos que deben cumplir los interesados, es decir, trabajadores de salario mínimo ($461.500), del estrato tres. En esta época las soluciones habitacionales tienen un valor que oscila entre 39 y 43 millones de pesos; el subsidio del Gobierno es por nueve millones; el aporte por ahorro voluntario está en tres millones de pesos y las entidades financieras para salario mínimo prestan entre 20 y 22 millones de pesos.
Es decir, por falta de siete o nueve millones de pesos, según el caso, el trabajador pierde la esperanza de hacerse a una vivienda propia.
Como si fuera poco, la calidad de las viviendas es pésima y en área construida parecen más bien jaulas para pájaros.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6