La fuga del sargento Leonardo Herrera de una guarnición militar en el sur de Bogotá es otro golpe a la imagen de las Fuerzas Militares y a su frágil sistema penitenciario.
A los recientes escándalos protagonizados por otros militares condenados en Tolemaida, se suma esta fuga de un hombre condenado a 48 años de cárcel, por secuestro extorsivo y lesiones personales.
Es lamentable que siga pasando esto con unas Fuerzas Armadas que en su inmensa mayoría están integradas por hombres probos y comprometidos con la seguridad del país. Es aquí el prófugo el que vuelve a violentar el honor del Ejército y a burlar nuestra frágil justicia.
Ojalá se recapture pronto y pague por sus errores.
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