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El anillo de bodas, un símbolo de familia y celebración
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La Joyería Inter llega a los 40 años apostando a la calidad y las experiencias. CRÉDITO CORTESÍA -
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Una joya de este tipo puede ser muy representativa y su proceso de elaboración se puede convertir en una experiencia de pareja que dice mucho más de lo que se cree. El diamante es el rey de los anillos de compromiso, pero no es la única posibilidad, además, la piedra no es la única decisión que se debe tomar cuando se está buscando un símbolo de unión. “Se deben elegir desde los colores del material, los colores de las piedras y la manera de engarzar la piedra: si va en uña, si va en una caja, si va en un bisel, si va en pavé, si va al grano, en fin, son muchos detalles que solo hasta que tú lo vives entiendes realmente de qué se trata”, explica Alfredo Restrepo, fundador de la Joyería Inter, que este año celebra su 40 aniversario.
Aunque las joyas acompañan varios momentos de amor a lo largo de la vida, la celebración del matrimonio suele ser la más representativa, lo que Alfredo ha podido confirmar a lo largo de los años. Así ha convertido el proceso de selección y elaboración de los anillos de compromiso y boda en la Joyería Inter, en una experiencia, que en ocasiones tiene la oportunidad de acompañar. “Fundimos todo ese propósito de vida de las personas, ese pensamiento, todo lo que tienen en la pieza, es algo así como un experimento de magia que termina siendo mucha realidad”, cuenta.
A la Joyería Inter se puede llegar solo con la intención de encontrar esa pieza perfecta, y la decisión se acompaña desde un diseño que parte de cero hasta la restauración de una herencia familiar o el uso de piedras y materiales propios. “Trabajamos la economía circular, se trata de tomar ese mismo material que tienen nuestros clientes y poder transformarlo en una pieza moderna o clásica, según su gusto, con las mismas piedras”, explica. En este proceso no solo pueden estar involucrados los novios, también sus familias, y acompañarlos en la elaboración de las diferentes piezas en los talleres de Joyería Inter, que estará inaugurando su Centro de Experiencias de Lujo en su espacio del Parque Comercial El Tesoro.
La importancia del origen
Cuando se habla de joyas, no solo se debe tomar decisiones con respecto al diseño, también es clave tener la seguridad de que se cuenta con materiales extraídos adecuadamente, con certificaciones y del que se pueda trazar su origen. “Nuestro oro es un oro verde, estamos comprando a empresas que están debidamente registradas, que cumplen con la normatividad, que tienen el certificado Rucom y pagan las regalías. También tenemos la compra de oro Fairmined, que proviene de organizaciones mineras artesanales y de pequeña escala con bajo impacto ambiental”, afirma Restrepo.
En este sentido, la esmeralda de producción nacional se convierte en una alternativa atractiva, pues tiene un mayor impacto en la comunidad cercana y deja una menor huella de carbono. “Hoy, la explotación de esmeraldas es muy industrial, muy completa, con todos los controles por parte del Gobierno, certificados de origen, pago de las regalías y con un proceso que involucra un 50 % de mano de obra femenina, así que apuesta por la equidad”, explica Alfredo Restrepo.
Tener la seguridad de la proveniencia de los materiales, no solo da la tranquilidad de estar cumpliendo con todas las exigencias de la ley, sino de que las piedras y los minerales son de la mejor calidad, no están intervenidos y tienen el mejor tratamiento artesanal posible, lo que asegura su valorización y permanencia en el tiempo, al igual que la unión de pareja que se está construyendo.
Fruto del amor familiar
Es claro el símil entre la elaboración de una joya y la construcción de una unión sólida, de ahí que el ritual permanezca en el tiempo y cada vez se haga más necesario encontrar la inspiración en piedras que duran más allá de la vida. Encontrar el anillo perfecto es también parte de la consolidación de esa unión y acompañarse de los expertos, en ambos sentidos, es el camino a seguir. Esa ha sido la gran lección que han aprendido juntos Alfredo Restrepo y su esposa María Sonia Llanos, que construyeron la marca a la par que su matrimonio, y hoy pueden celebrar los 40 años de Joyería Inter en medio de la transformación digital.
“Siempre estamos mirando cómo hacer los procesos de una mejor manera, más cortos, más sencillos, que sea más rentable y de gran calidad, por otro lado, los hijos se han preocupado porque haya una mejor comunicación de todo lo que hacemos y por incorporar la última tecnología disponible”, cuenta Restrepo, que siente orgullo de mantener una empresa familiar y de tener a sus tres hijos en diferentes áreas de la empresa. Esa es la fórmula que les ha permitido convertirse en proveedores de casas de joyería internacional y tener el servicio técnico de marcas como Cartier, Rolex y Hublot, entre otras. Una historia de cuidado y resiliencia inspiradora para sus clientes.
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