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El frenético crecimiento de los movimientos religiosos evangélicos -que rondan entre los 65 y los 70 millones de fieles- en Brasil ha puesto a este grupo poblacional en el centro de la contienda presidencial.
Las elecciones serán este próximo 2 de octubre y los brasileños deberán escoger gobernadores, parlamentarios, presidente y vicepresidente.
Los más opcionados para llegar al puesto de jefe de Estado son el actual primer mandatario, Jair Bolsonaro, y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
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Bolsonaro está redoblando sus esfuerzos con los evangélicos precisamente para afianzar su capital electoral. De hecho, ha contado con su apoyo reiterado en el parlamento. Se trata de una alianza de vieja data.
En mayo de 2016 Bolsonaro viajó hasta el río Jordán en Israel y se bautizó. El pastor Everaldo Dias Pereira fue el encargado de sumergir a Bolsonaro en las aguas y oficiar la ceremonia de conversión.
Las alianzas y los actos simbólicos le granjearon a Bolsonaro un apoyo amplio entre los fieles evangélicos: según cifras del Instituto Datafolha siete de cada diez lo apoyaron en las elecciones pasadas.
Pero ha perdido fuerza. En una encuesta que hizo el Instituto Ipec el año pasado, se encontró que el 59 % de los evangélicos no confían en Bolsonaro.
Y hay líderes respetados dentro del movimiento evangélico que le han hecho el quite a las posturas de Bolsonaro. “El mensaje de Bolsonaro no es el mensaje de Jesús”, le dijo el famoso cantante gospel Kléber Lucas a la AFP.
La apuesta de Lula
Pero mientras Bolsonaro percibió un desgaste entre sus electores evangélicos de base, el expresidente Lula da Silva ha robustecido su estrategia para llegarles a estos electores.
Según recogió el diario El País de España, Lula le encargó esa tarea a su fórmula vicepresidencial, Geraldo Alckmin, quien tiene un perfil conservador y vasos comunicantes con los sectores cristianos.
Las encuestas más recientes, en todo caso, muestran que el electorado evangélico está fragmentado. Una medición realizada por la firma Datafolha en junio pasado mostró que el 47 % votaría por Bolsonaro, mientras que el 45 % apoyaría a Lula Da Silva.