El Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) presentó su informe anual, en el que concluyó que más de dos tercios de la población mundial vive en democracias en retroceso o en regímenes autocráticos, tendencia acentuada por la pandemia del coronavirus.
El informe “Estado de la democracia en el mundo 2021” constata que las democracias liberales están disminuyendo y que el número de países en dirección autocrática es tres veces mayor que el de los que van en la dirección contraria.
“El tipo más grave de erosión democrática es el proceso en el que un gobierno electo subvierte de manera sostenida y deliberada los principios básicos de la democracia y el Estado de derecho por un periodo prolongado. Es la típica cosa que hemos visto en Hungría, Filipinas, Turquía o Sri Lanka”, explicó Kevin Casas-Zamora, secretario general de IDEA.
Les preocupa que este fenómeno amenaza con convertirse en otra “pandemia”, porque está afectando a países y democracias muy importantes, entre las que cita a Estados Unidos, Brasil e India.
Para Casas-Zamora hay dos causas principales para el proceso: la destrucción de la polis democrática y la creciente pérdida de fe en la capacidad de la democracia para resolver problemas reales.
La primera obedece a fuerzas centrífugas como la polarización política creada por la desinformación, la desigualdad y la crisis de los partidos; la segunda, a la corrupción y la debilidad de grandes democracias por sus “errores” en la crisis financiera, la invasión de Irak y el paso de Donald Trump por la presidencia de EEUU.
El informe apunta a que la pandemia ha ejercido presión sobre la democracia: en Europa, por ejemplo, países donde los principios democráticos ya estaban amenazados, como Hungría y Polonia, ha servido como excusa para que los gobiernos la debilitasen aún más.
En América Latina, señala que la mitad de las democracias de la región han sufrido erosión democrática, con Brasil como caso más notable y una de las naciones en el mundo donde mayor cantidad de atributos de la democracia se han deteriorado.
La pandemia ha revelado, no obstante, que la región es capaz de organizar elecciones fiables bajo presión, como el caso de México, Perú o Chile.
Pero también ha demostrado que “en los últimos cuarenta años no ha construido estados capaces de entregar bienes y servicios de calidad como los necesarios para enfrentar una pandemia”, reflejado en que América Latina es la región con más muertos por Covid-19 en proporción a su población.
IDEA destaca el caso de Ecuador, que ha vivido “considerables avances” en la calidad de su democracia como la recuperación de la libertad de prensa, el funcionamiento y control de las instituciones públicas. También el de República Dominicana, que es uno de los pocos países que ha impulsado un proceso de diálogo político multipartidario frente a la pandemia.
También señalan la profundización del autoritarismo en países como Venezuela y Nicaragua.
A pesar del deterioro general, muchas democracias han demostrado su resistencia y han introducido innovaciones y adaptado sus prácticas e instituciones en tiempo récord pese a los retos de la pandemia, como la celebración de elecciones fiables.
El informe resalta también la fuerza del activismo cívico en el mundo y menciona expresamente países como Bielorrusia, Cuba, Birmania y Sudán; así como de movimientos globales contra el racismo, la injusticia social y el cambio climático.
El instituto recomienda impulsar contratos sociales más equitativos y sostenibles, reformar las instituciones políticas y reforzar las defensas contra el retroceso democrático y el autoritarismo.
“La lucha por el futuro de la democracia no es una lucha geopolítica, es de la democracia contra ella misma, por renovarse, por revitalizar el proyecto democrático y habilitarlo para resolver problemas. Eso es lo fundamental”, apuntó Casas-Zamora.