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El continente se prepara para tener las dos primeras citas democráticas de gran envergadura en el contexto del coronavirus. Bolivia y Chile serán los países latinoamericanos que darán el paso de sufragar en medio de la pandemia, que en lo que va de este 2020 obligó a suspender comicios en todo el mundo.
Estas naciones no fueron ajenas a los aplazamientos. Bolivia iba a celebrar las elecciones presidenciales en mayo, pero tuvo que moverlos en dos ocasiones. Primero, el Tribunal Supremo Electoral modificó la fecha para septiembre. Segundo, nuevamente cambió la agenda hasta el próximo 18 de octubre, día en el que, se espera, los ciudadanos acudan a las urnas.
El de Chile es un relato similar. El plebiscito para consultar a los sufragantes si aprueban una reforma a la Constitución que data de la dictadura de Augusto Pinochet estaba planillado para abril, pero terminó reprogramándose para el 25 de octubre. El contexto en ambos fue el mismo: las ciudades estaban en cuarentena y pasando por un pico de contagios de la covid.
Sin embargo, el panorama ahora es más alentador porque el aislamiento se ha flexibilizado y los contagios disminuyeron. Una evidencia de esto es que mientras Chile registraba cerca de 6.700 contagios diarios a mediados de junio, ahora esa estadística oscila entre los 1.400 por jornada, según el Ministerio de Salud. Bolivia, por su parte, pasó de alrededor de 2.000 en julio a 600 en los últimos días de septiembre.
Además, hay presión de la comunidad internacional para que las convocatorias se lleven a cabo. Amnistía Internacional lanzó una campaña a favor de una nueva Constitución. Entre tanto, desde noviembre de 2019 la Organización de Estados Americanos adoptó una resolución para exhortar que los comicios de Bolivia se realicen con prontitud.
Aunque tienen como puntos en común el mes de su realización y el contexto de la pandemia, cada una de esas citas democráticas tiene sus características.
El Gobierno de Sebastián Piñera aceptó realizar el plebiscito después de las protestas del segundo semestre de 2019 contra la desigualdad socia. Entre tanto, la crisis política de Bolivia se dio cuando las Fuerzas Armadas le pidieron la renuncia al exmandatario Evo Morales.
Por eso, la experta en participación política de la Universidad Externado, Catalina Jiménez, advierte que “Chile mantuvo cierta estabilidad después de la transición a la democracia de la década del 90. Aunque la situación económica ha sido volátil, las reglas institucionales se han cumplido y esto genera equilibrio para realizar otros procesos electorales, como el de plebiscito”.
La situación del país vecino es más compleja, debido a que la salida de Morales ha sido calificada por el partido Movimiento al Socialismo (MAS) como un golpe de Estado. El expresidente se encuentra asilado en Argentina, desde donde hace campaña favor de su candidato Luis Arce.
A pesar de la convulsa situación política y social que atraviesa este último, Jiménez destaca que los actores políticos se pusieron de acuerdo para llegar a un momento electoral. Así las cosas, las dos naciones se preparan para celebrar las primeras grandes citas electorales en un contexto sin precedentes.
Desde Santiago, el Servicio Electoral (Servel) informó ayer que se implementarán kits sanitarios en las mesas de votación, cabinas sin cortinas para facilitar la ventilación y una mayor accesibilidad para adultos mayores, quienes serán los únicos que podrán tener acompañantes . Esa entidad descartó la posibilidad de que quienes se contagien d la covid para la semana del 25 de octubre puedan ejercer su derecho al voto.
Con sede en La Paz, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) aumentó el número de puestos de votación para fortalecer el distanciamiento social en la jornada, pasando de 5.134 a 5.368. También extendieron el horario, segmentaron el ingreso a la jornada de acuerdo con la terminación de la cédula y, finalmente, preparan medidas de bioseguridad para manipular el material de votación.
Las jornadas que se celebrarán en octubre tienen contextos particulares, pero las unen crisis políticas que tocaron la puerta de los dos países a finales de 2019, contingencias a las que se sumó la pandemia. Por ese motivo, la profesora jubilada de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional, Socorro Ramírez, destaca que la covid dejó al desnudo las desigualdades que han ocultado las democracias.
“Y cualquier gobierno del mundo, y muy en particular cualquier latinoamericano, está en la obligación de enfrentar esa realidad: con todos sus recursos y con la participación de los sectores más afectados”, concluye.