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Cuatro preguntas sobre el “brexit”

El retiro del Reino Unido de la UE pide respuestas acertadas para disminuir sus impactos en el mundo.

  • Después de que el Reino Unido decidiera mediante referendo su salida de la Unión Europea, los escoceses salieron a las calles a pedir volver a la UE y un referendo independista. FOTO afp
    Después de que el Reino Unido decidiera mediante referendo su salida de la Unión Europea, los escoceses salieron a las calles a pedir volver a la UE y un referendo independista. FOTO afp
28 de junio de 2016
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La decisión del 51,9 % de los británicos de separarse de la Unión Europea tomó por sorpresa al mundo, que en medio de incertidumbre procura responder a interrogantes nunca antes planteados, pero con respuestas urgentes para evitar un nuevo desastre global.

¿Hay salidas?

Aunque el primer ministro inglés, David Cameron, descartó ayer la posibilidad de convocar a un segundo referendo para volver a someter a escrutinio la decisión de retirar al Reino Unido de la Unión Europea (UE), la alternativa sonó entre políticos y ciudadanos partidarios de la integración.

Incluso existe otra opción para revertir la salida: que el parlamento británico, mediante acto legislativo, deshaga la decisión que tomaron los ciudadanos a través del referendo, por el impacto que representa para el territorio.

Sin embargo, según Arlene Tickner, internacionalista de la Universidad de Los Andes, dada la diferencia en los votos del “sí” y el “no”, cercana al 4 %, sería difícil que los parlamentarios se inclinen en mayoría a permanecer en la Unión Europea, “sería desconocer la voluntad popular de la mayoría, pasar por encima, y esto generaría muchísimos cuestionamientos”, apunta.

Miguel Martínez, coordinador de la línea Europa de la Universidad Externado, cree en cambio que en Europa “todo es posible”. Lo que no le parece factible es que los conservadores ingleses permitan un segundo referendo. “Por lo menos tendrían que esperar a la siguiente legislatura para aceptar o rechazar una nueva propuesta”, opina.

¿Cómo negociarán?

Mientras los países miembros de la UE le han pedido al Reino Unido “agilizar” los trámites para su desintegro de la comunidad, entre los expertos hay gran expectativa sobre cómo será la negociación entre ambas partes, que según el Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, el mismo que da libertad a cualquiera de las naciones para que decline su participación, podría tardar hasta dos años prorrogables.

Entre los grandes interrogantes de dicha negociación están si el país está dispuesto a mantener vigente el libre comercio con la comunidad, por cuánto tiempo se prolongará la incertidumbre y qué tanto afecta a los mercados.

De acuerdo con Martínez, lo más probable es que en cuanto a comercio la Unión Europea y el Reino Unido busquen beneficiarse los dos, tratando de disminuir las fronteras. No obstante, continúa el analista, si los ingleses quieren comerciar sin aranceles dentro del continente, como se prevé, tendrán que someterse a lo que aceptan países como Noruega y Suiza, que están por fuera de la UE: acceder a la libre movilidad dentro del espacio Schengen, algo a lo que los británicos siempre se rehusaron.

Entretanto, Colin Budd, investigador del Centro para Estudios Políticos y Diplomáticos del Reino Unido, sostiene que “en vista de que los ingleses se dejaron meter gato por liebre con la idea de que el comercio no se afectará con la aprobación del referendo, necesitamos que haya decisiones rápidas y certeras para evitar el máximo daño posible”.

¿Y Escocia e I. del norte?

El referendo por la independencia de Escocia se cayó por una especie de compromiso tácito con el gobierno británico para que se quedara en la Unión Europea.

En esa medida, su retiro del Reino parece no tener marcha atrás. La primer ministra escocesa, Nicola Sturgeon, con bandera de su país y de la Unión Europea en mano, señaló que es “muy probable” que se celebre un nuevo referendo sobre la independencia de Escocia y que ya tiene lista la legislación para una nueva votación.

Irlanda del norte también podría apelar al referendo, y eso, según Tickner, “sí que es inquietante”. De acuerdo con la investigadora, aunque el territorio ya está vacunado contra la guerra, preocupa que se vulnere el acuerdo de paz que se firmó allí entre 1994 y 1998.

“Es evidente que la Unión Europea jugó un papel fundamental en el acompañamiento del acuerdo, y en el mejoramiento de las relaciones con Gran Bretaña. Por lo tanto, eliminar esa fuente de acompañamiento podría afectar negativamente la estabilidad”, concluye.

¿hAY fiebre antieuropeísta?

Sectores conservadores de Hungría, Eslovaquia y Francia comenzaron a plantear un referendo para someter a votación la permanencia en la UE.

Según Martínez, “de comenzar esta oleada de abandonos, la Unión Europea debe poner sobre la mesa el futuro del proyecto comunitario con miras a robustecerlo, recuperarlo y sumarle legitimidad”, afirma.

No obstante, para Enrique Serrano, académico de la Universidad del Rosario, la comunidad no llegará al escenario, ya que los países pequeños son conscientes de que quedarán en un profundo aislamiento, después de tantos años de haber pujado por pertenecer.

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