El papa Francisco aseguró este jueves que nunca se podrá aceptar “que los migrantes mueran en el mar sin recibir ayuda” y que aunque la acogida y la integración “no son procesos fáciles, es impensable afrontarlo construyendo muros”.
Así lo afirmó el pontífice al recibir a una delegación del proyecto europeo “Snapshots from the borders”, cofinanciado por la Unión Europea, que llegó acompañada por Totó Martello, alcalde de Lampedusa, la pequeña isla italiana considerada la puerta de Europa para los migrantes que zarpan desde el norte de África y que ha vivido estos días una incesante llegada de barcazas.
El papa les dijo que “nadie puede permanecer indiferente ante las tragedias humanas que continúan en diferentes regiones del mundo” y citó la zona del Mediterráneo, “que atraviesan quienes huyen de la guerra o dejan su tierra en busca de una vida digna”.
Sobre el “complejo y a veces dramático” escenario migratorio actual, Francisco consideró que “una acogida y una digna integración son etapas de un proceso no fácil”, pero “es impensable afrontarlo construyendo muros”.
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Al respecto, criticó que “la comunidad internacional se ha limitado a intervenciones militares, mientras debería construir instituciones que garanticen la igualdad de oportunidades y lugares donde los ciudadanos tengan la oportunidad de hacerse cargo del bien común”. Y agregó: “Al mismo tiempo, nunca podremos aceptar que quienes buscan la esperanza en el mar mueran sin recibir ayuda”.