El hasta el domingo pasado presidente de Bolivia, Evo Morales, arribó a México en la mañana de este martes, luego de haber permanecido varias horas en Paraguay, en una escala que sirvió para solicitar permisos a países como Brasil para usar su espacio aéreo.
Morales llega a este país en calidad de asilado político, luego de que el Gobierno mexicano aceptó la solicitud, tras la renuncia al cargo de presidente, promovida por las fuerzas de Policía y del Ejército boliviano.
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El líder indígena, en rueda de prensa, anunció el domingo que renunciaba al cargo para evitar brotes de violencia; sin embargo, las protestas y manifestaciones se han tomado Bolivia desde los resultados electorales de hace tres meses, que dieron como ganador a Morales, en una jornada electoral fuertemente criticada y que incluso organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA), cuestionaron los resultados, argumentando que había sospechas de manipulación.
Ahora, Bolivia se mantiene en la incertidumbre de quién asumirá como presidente interino, pues aunque ayer estaban agendadas las sesiones en Senado y la Cámara de Diputados, debieron aplazarse porque los políticos no lograron llegar.
Se espera que este martes se conozca quién será el relevo de Morales y cuál será la ruta a seguir en Bolivia, para recuperar la calma y mantener la democracia.
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Este lunes, pasadas las 8:00 de la noche, Morales se despidió, a través de la red social Twitter, de sus seguidores: “Parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía”.
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