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Informe sobre fiestas en Downing Street hace tambalear a Boris Johnson

  • Boris Johnson pidió perdón ante el Parlamento británico por el denominado “Party Gate”. FOTO: EFE.
    Boris Johnson pidió perdón ante el Parlamento británico por el denominado “Party Gate”. FOTO: EFE.
01 de febrero de 2022
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El informe sobre las fiestas celebradas en Downing Street durante la pandemia se difundió mutilado y censurado, pero con suficientes cargas de profundidad como para hacer tambalear al Gobierno de Boris Johnson, primer ministro británico.

A petición de la policía, la autora de la investigación, la alta funcionaria Sue Gray, se vio obligada a dejar fuera del documento sus hallazgos concretos sobre la presunta vulneración de las reglas anticovid en la sede del primer ministro. Sin embargo, pese a reconocerse “extremadamente limitada”, Gray es lo suficientemente explícita en las doce páginas de su informe como para lanzar una crítica al funcionamiento y la ética en Downing Street.

En ellas denuncia la “falta de liderazgo y de buen juicio” por “diferentes partes” tanto en la oficina del primer ministro como en el Ministerio del Gabinete (equivalente al de la Presidencia) respecto a algunos encuentros sociales que “nunca se deberían haber permitido”.

“En el contexto de la pandemia, cuando el Gobierno pedía a los ciudadanos que aceptasen restricciones de amplio calado en sus vidas, algunos de los comportamientos en torno a estas reuniones sociales son difíciles de justificar”, señala Gray.

Para la investigadora: “algunos de esos encuentros representan un grave incumplimiento, no solo de los estándares que se esperan de quienes trabajan en el núcleo del Gobierno, sino también de los que se esperaban entonces de toda la población”.

También llama la atención sobre el “excesivo consumo de alcohol” en el Ejecutivo, que considera “inapropiado para un lugar de trabajo”.

Sin entrar en detalles sobre ellas, pone un total de dieciséis celebraciones bajo su lupa, de las cuales doce son objeto de la pesquisa policial.

Uno de esos “eventos” tuvo lugar el 13 de noviembre de 2020 presumiblemente en el propio apartamento del primer ministro y su mujer, Carrie.

También presenta graves complicaciones para el primer ministro la famosa fiesta del 20 de mayo de 2020, en la que su secretario personal invitó a la gente a “traer su propia bebida” y a la que él ya ha admitido que asistió durante un rato.

Tras la publicación del informe, Johnson compareció ante el Parlamento, donde pidieron su renuncia inclusive desde sus propias filas conservadoras.

Johnson recurrió al ejercicio de contrición que ya había realizado hace unas semanas ”pido perdón, pero sé que no es suficiente” y anunció una reforma del funcionamiento interno de sus oficinas interna como muestra de que ha aprendido las lecciones del “Party Gate”.

Tras afirmar que “acepta los hallazgos del informe de Gray”, añadió que no esperará al final de la investigación policial y que hará cambios en las “estructuras fragmentadas y complicadas” de Downing Street y del Ministerio del Gabinete.

Entre esas reformas, adelantó que creará la función de un “secretario permanente” que supervise el funcionamiento de las oficinas del primer ministro.

Las promesas distaron mucho de contentar a una oposición que volvió a reclamar en bloque la dimisión de Johnson, en una sesión muy caliente y en la que hasta el portavoz de los nacionalistas escoceses, Ian Blackford, fue expulsado por acusar al primer ministro de mentir.

Debido a la mayoría en la Cámara de los Comunes la única manera de lograr la salida de Johnson, a excepción de una renuncia voluntaria, es una rebelión interna entre los conservadores.

Ese fue el llamamiento del jefe de la oposición, el laborista Keir Starmer, al pedir a los diputados afines a Johnson a que convoquen una moción de confianza interna sobre su líder.

“Las miradas de este país están sobre ellos”, dijo Starmer, al tiempo que les reclamaba “librar al país de un primer ministro totalmente indigno de sus responsabilidades”.

Todavía no son muchos los conservadores que se han atrevido a significar en público su rechazo, pero en el Parlamento hoy lo hizo uno más, Andrew Mitchell, aunque varios expresaron que las explicaciones del primer ministro no les convencieron.

Una de esas voces discrepantes fue precisamente su predecesora en Downing Street, Theresa May, quien se preguntó si Johnson no se había leído las reglas, no las comprendía o simplemente decidió ignorarlas.

El panorama con Johnson no parece aclararse en el corto plazo.

La policía aseguró este martes que dispone de más de 300 fotografías y 500 páginas de documentos, facilitadas por la investigación interna de Sue Gray, de las que elegirá a las personas que interrogará para esclarecer si se violaron las reglas anticovid, un delito castigado con multas.

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