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Así fue el ultimátum que dio Boris Johnson a la UE

En una jugada arriesgada, el premier de Reino Unido dio un ultimátum al bloque para descongelar las negociaciones posbrexit. El nudo: la pesca en mar británico.

  • Así fue el ultimátum que dio Boris Johnson a la UE
08 de septiembre de 2020
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La octava ronda de negociaciones posbrexit entre Reino Unido y la Unión Europea, que inició ayer, podría ser la última. Pero no porque el bloque y su antiguo Estado miembro hayan logrado establecer una nueva relación comercial, sino todo lo contrario. Ninguna de las partes quiere ceder y ahora el primer ministro británico, Boris Johnson, amenaza al bloque con retirarse de la mesa de negociación si antes del 15 de octubre no hay nuevos avances.

El mandatario ya había declarado el domingo en un comunicado que “tiene que haber un acuerdo con nuestros amigos (del bloque) antes del Consejo Europeo del 15 de octubre para que entre en vigor antes de final de año. Si no, habría que aceptar el fracaso y pasar la página”. Pero a esas palabras se sumó una publicación del diario The Financial Times, que reveló que el Gobierno de Johnson estaría dispuesto a anular disposiciones claves del Tratado de Retirada, ya firmado y ratificado.

Puntualmente, el Ejecutivo británico estaría preparando una ley para eliminar la obligación del Reino Unido de controlar las mercancías que pasan de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, un punto que hace parte del acuerdo alcanzado con la UE para evitar una infraestructura fronteriza entre esa provincia y la República de Irlanda, a fin de no perjudicar el proceso de paz norirlandés.

Luego de la publicación de la nota periodística, Downing Street reconoció sus intenciones y por medio de un portavoz declaró que “estamos tomando medidas limitadas y razonables para clarificar elementos específicos del protocolo de Irlanda del Norte en la legislación nacional, para eliminar cualquier ambigüedad y garantizar que el gobierno siga siendo capaz de cumplir sus compromisos con el pueblo norirlandés”.

Una de las primeras reacciones provino del Gobierno de Francia. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país afirmó que “la cooperación futura entre el Reino Unido y la Unión es una cuestión de confianza mutua y de respeto de los compromisos adquiridos. Si esta confianza se pone en duda, las negociaciones sobre la relación futura se verán afectadas”. Paralelamente, el presidente Emmanuel Macron incluyó el Brexit dentro de los temas a tratar en la cumbre informal de siete países del sur del bloque, que tendrá lugar en Córcega este jueves.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que confía en que “el Gobierno británico implemente el acuerdo de salida, una obligación bajo la ley internacional y un requisito previo para cualquier asociación futura” e insistió en que el protocolo de control de mercancías en Irlanda, incluido en dicho acuerdo, “es esencial para proteger la paz y la estabilidad en la isla, y la integridad del mercado único”.

Cuestión de confianza

Los principales puntos de discrepancia entre la UE y su antiguo Estado miembro parten de que el bloque quiere conservar su derecho a pescar en las ricas aguas británicas y controlar las subvenciones públicas de Londres a las empresas locales para evitar lo que según ellos sería una competencia desleal. Johnson se niega a ambas cosas, denunciándolas como condiciones injustas que la UE no impone a ninguno de sus otros socios comerciales.

Pero el camino que ahora traza Johnson puede traer consecuencias irreversibles. Para David Heing, director del Reino Unido del Centro Europeo para la Economía Política Internacional, “invalidar el acuerdo de salida sería muy dañino para la relación entre Londres y Bruselas, pues mostraría que no se puede confiar en el Reino Unido en un asunto tan sensible para la UE, por lo que difícilmente podríamos esperar demasiada confianza en otras áreas”.

Agregó el experto que “todos los tratados internacionales son ambiguos hasta cierto punto y el acuerdo de salida tiene áreas en relación a Irlanda del Norte que se deben definir mejor”, sin embargo, “eso solo se puede hacer a través del diálogo y la cooperación”.

Por su parte, Jon Worth, profesor de Política Europea del College of Europe, señaló que “Johnson no ha sido capaz de articular, con precisión o coherencia, lo que realmente quiere obtener del Brexit, aparte de ‘lograrlo’” y en consecuencia, “si no sabe lo que quiere, no está en una buena posición para rechazar aquello que no coincida con sus expectativas”.

“Pero para salirse con la suya, sería capaz de tirar río abajo a Irlanda del Norte si resulta electoralmente conveniente”, concluyó .

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