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¿Los militares podrían definir el rumbo de Venezuela?

Tras asalto a una de las unidades de blindados clave del país, crecen amagos de división en filas militares.

  • Integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana ingresan a un vehículo blindado en medio del enfrentamiento armado que causó un grupo de militares y civiles que entraron al fuerte de Paramacay en la ciudad de Valencia.
    Integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana ingresan a un vehículo blindado en medio del enfrentamiento armado que causó un grupo de militares y civiles que entraron al fuerte de Paramacay en la ciudad de Valencia.
  • El capitán (r) de la Guardia Nacional Venezolana, Juan Caguaripano, lideró el grupo de militares y civiles que entraron al fuerte militar. FOTOS AFP
    El capitán (r) de la Guardia Nacional Venezolana, Juan Caguaripano, lideró el grupo de militares y civiles que entraron al fuerte militar. FOTOS AFP
07 de agosto de 2017
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La madrugada de ayer, que trajo el asalto a una unidad de las Fuerzas Armadas, por parte de militares y civiles descontentos que reclamaban respeto a la Constitución, muestra las crecientes fisuras dentro de los organismos de seguridad de Venezuela, ruptura que puede marcar el debilitamiento del régimen, para cuyo estatu quo es definitivo el respaldo de los organismos armados.

“La situación en Venezuela está muy confusa, aquí puede pasar de todo. Se está gestando una nueva etapa de violencia política, la Constituyente viene a tomar decisiones polémicas y no tengo la menor duda de que la mayoría de venezolanos no está de acuerdo”.

Es el panorama que plantea Eustoquio Contreras, diputado chavista disidente. Su descripción de lo que ocurre en ese país se ajusta a la realidad, sobre todo con el intento de rebelión militar en la ciudad de Valencia, donde una veintena de uniformados, liderados por el capitán retirado de la Guardia Nacional, Juan Caguaripano, logró entrar al Fuerte Paramacay para intentar “restablecer el orden constitucional”, sin éxito.

Sin embargo, tras este “ataque terrorista, paramilitar, mercenario contra la paz”, como lo definió Jesús Suárez, comandante general del Ejército venezolano, quien además recordó que “mientras existan soldados bolivarianos, socialistas, revolucionarios, antiimperialistas y más que nunca chavistas, la patria seguirá en paz”, se suma a lo ocurrido en junio cuando un policía robó un helicóptero y atacó sedes oficiales en Caracas sin provocar heridos, surgen dudas sobre la cohesión al interior de las filas de la milicia venezolana, su capacidad de control y la posibilidad de que desde ellas se desestabilice la balanza del poder.

Tras el asalto, el presidente Nicolás Maduro felicitó a sus Fuerzas Armadas y confirmó que “la metodología de seguridad dio como resultado (...) dos abatidos por el fuego leal a la patria, uno está herido. De estos diez atacantes que quedaron en las instalaciones del Paramacay, nueve son civiles y uno es un teniente desertor”.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) exigió una explicación “apegada a los hechos y ajena a las manipulaciones”, pero afirma que lo ocurrido en Paramacay “refleja la división y el quiebre institucional que también ocurre en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.

¿Cohesión en las FF.AA?

En Venezuela las Fuerzas Armadas tienen una connotación superior. Los militares han permeado casi todos los niveles de la sociedad y del Estado, dirigen buena parte de las carteras del Gabinete, las fronteras, la seguridad ciudadana, la alimentación, banca pública, gobernaciones, alcaldías, aduanas, puertos y aeropuertos.

Sin embargo, los hechos recién ocurridos en Valencia, el pedido de la oposición para que los militares se separen del poder ejecutivo, la detención de varios oficiales por estar inmersos en presuntos planes de insurrección y la crítica de excomandantes del chavismo al actual Gobierno, hace pensar que en las guarniciones no hay tanta cohesión.

Para el general (r) del Ejército venezolano, Manuel Andara, la situación extrema que viven los militares de clase media, quienes también sufren como cualquier ciudadano la falta de medicinas y alimentos, es una justificación más para pensar que ellos tienen el poder para cambiar el rumbo de la situación. “La salida militar no es la más conveniente, debe ser algo democrático, pero, como van las cosas, las alternativas cada vez son menores”.

Hasta el momento, y como lo quiere mostrar el oficialismo, hay aparente cohesión en las Fuerzas Armadas Venezolanas. Podría deberse, en parte, al largo trabajo de adoctrinamiento que adelantó por más de 20 años el fallecido presidente Hugo Chávez, y que ahora tiene a generales “incondicionales” con el régimen. Sin embargo, para Jhon Marulanda, experto en seguridad internacional y militar, la situación no estaría del todo controlada, porque el nivel de incoformidad entre coroneles, al parecer, es alto.

“Sabemos que los generales están con el chavismo, pero, debajo de ellos, muchos coroneles no están a gusto y esos oficiales están en unidades de importancia como las de aviación militar, blindados y fuerzas especiales, lo que pasa es que a ellos los tiene muy vigilados y controlados la Dirección General de Contrainteligencia Militar en la que hay cubanos. Eso explica que lo ocurrido en la base militar de Valencia fuese dirigido por un capitán”.

La conclusión del general (r) Andara, sobre los oficiales de mayor rango no está relacionada con un adoctrinamiento chavista-bolivariano. Se explica desde los beneficios que tienen. “Los generales tienen muchas prebendas, no les falta nada, ni siquiera tienen que mercar. Además, cuentan con cargos en la administración pública, ganan mucho dinero, la diferencia con un coronel, mayor, capitán o teniente es abismal”.

Marulanda va más allá: “la doctrina chavista, socialista, busca convertir las Fuerzas Armadas en una guardia pretoriana que proteja la cúpula política” pero no la soberanía y la democracia. Igual que en Corea del Norte, Cuba y China.

10
detenidos dejó la incursión a la brigada de blindados en la ciudad de Valencia.
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