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Para la oposición de Venezuela y los países de la región que reconocen a Juan Guaidó como presidente interino del país, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar) se convirtió en una de las rutas para presionar la salida del régimen de Nicolás Maduro del poder.
Bajo esa premisa, los ministros de relaciones exteriores de los Estados del organismo que hacen parte del acuerdo se encontraron ayer en Bogotá para adoptar una resolución que busca implementar los mandatos que acordaron en septiembre, cuando se invocó el tratado durante un encuentro en Nueva York. Estos tienen como fin encontrar una salida a la crisis de Venezuela.
Los Estados del Tiar publicaron una lista de personas asociadas a Maduro, acordaron medidas de restricción de ingreso y tránsito de estos en los países y reiteraron que la “crisis política, económica y social representa una amenaza para el mantenimiento de la paz y la seguridad en el continente”. Entre los asistentes estuvieron Chile, Colombia, Perú y Venezuela.
Este es el último encuentro que se realiza este año sobre el Tiar, el tratado de 1947 adscrito a la Organización de Estados Americanos (OEA) que busca adoptar medidas de cooperación en diferentes ámbitos (político, económico, militar), en respaldo a los estados miembros ante posibles crisis.
Hasta ahora todas las medidas que se han aplicado en el marco de la OEA y del Tiar son de corte diplomático y sancionatorio. El presidente Iván Duque afirmó que esta “es una herramienta ante una amenaza a toda una región (...) coordinar sanciones es un paso más para la construcción de la democracia en Venezuela”.
Desde mayo se comenzó a hablar del Tiar en el recinto de la Asamblea Nacional de ese país. En julio ese legislativo –que no es vinculante para el Ejecutivo de Maduro– aprobó el reingreso de Venezuela al Tiar, debido a que meses atrás, en abril, el régimen había efectuado su retiro de la OEA como instancia multilateral.
Como dice el profesor de la Universidad Central de Venezuela, Félix Seijas, “es un mecanismo formal y burocrático. Se han creado ciertas expectativas de una intervención militar a partir de este o de resultados que van más allá de lo diplomático que aún no están en el radar”.
En sí, el Tiar solo se invocó una vez, en 1982, en medio de la Guerra de las Malvinas. En ese momento Argentina pidió respaldo de la región para enfrentar al Reino Unido, una cooperación militar que no llegó y que evidenció la realidad del Tiar: un acuerdo que está en el papel y que no llega, por ahora, a la acción.
Si se quisiera adoptar una medida más allá de las sanciones a los funcionarios y la diplomacia, se necesitaría el respaldo de 13 de los 19 países que lo conforman. Más allá de los votos, la administración de Maduro hace caso omiso a los pronunciamientos de la OEA.
“El Tiar no ha tenido un efecto más allá de lo político y lo discursivo. Hay una crisis del multilateralismo, de las instituciones diplomáticas y de la invocación del propio tratado, que responde a realidades distintas a las que enfrentamos”, sentencia el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Sergio Arboleda, César Niño.
Así, los esfuerzos del cerco diplomático contra Maduro que auspiciaron Colombia y el Grupo de Lima desde comienzos de año siguen en la misma partitura de los últimos meses y con la misma realidad: Maduro en el poder y una región que busca salidas a la crisis .