El presidente filipino, Rodrigo Duterte, dijo a su par estadounidense, Barack Obama, “vete al infierno”, tras revelar que Washington se había negado a vender armas a su país, aunque destacó que no le importaba porque Rusia y China estaban dispuestos a proveer material bélico a la nación asiática.
En su más reciente ataque verbal, Duterte afirmó que estaba realineando la política exterior porque Washington le había fallado a los filipinos, y añadió que en algún momento “voy a romper con Estados Unidos”. No estaba claro qué quería decir con esto.
Durante tres discursos en Manila, sostuvo que Estados Unidos no quiere venderle a Filipinas misiles y otras armas. “Aunque pueda parecer una mierda para ti, es mi deber sagrado mantener la integridad de esta república y a las personas sanas”, dijo Duterte.
“Si no quieres vender armas, voy a ir a Rusia. Envié a generales a Rusia, y Rusia dijo ‘no se preocupen, tenemos todo lo que necesitan, se lo daremos’”, agregó.
Los comentarios marcan el episodio más reciente de una lluvia casi diaria de hostilidad del mandatario hacia Estados Unidos, que ha expresado su preocupación por los abusos a los derechos humanos en Filipinas desde la llegada al poder de Rodrigo Duterte hace algunos meses.
Cuando se le preguntó sobre los comentarios del líder filipino, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby, sostuvo: “Francamente, esto parece contraponerse con la cálida relación que existe entre el pueblo filipino y el estadounidense”.