El Gobierno ruso afirmó que reducirá “drásticamente” sus operaciones militares contra las ciudades ucranianas de Kiev y Chernígov, fuertemente afectadas en los 35 días de guerra.
El anuncio vino tras conversaciones en las que primó el tono constructuvo entre los países. El diálogo se llevó a cabo este martes en Estambul, Turquía, y en él los representantes de Vladimir Putin lograron uno de los máximos pedidos de ese presidente.
Los portavoces de la delegación ucraniana dijeron están dispuestos a renunciar a toda alianza militar, incluido el ingreso en la OTAN.
Ante ello, el viceministro de Defensa ruso, Alexander Fomin, dijo que el cese de la actividad militar busca aumentar la confianza “mutua” y crear las condiciones necesarias para nuevas negociaciones, con el objetivo final de firmar un acuerdo final con las autoridades ucranianas.
Su mensaje tiene el precedente de que los diálogos diplomáticos entre las naciones no han surtido el mejor fruto, y prueba de ello es que la avanzada rusa no ha parado sus ataques.
De hecho, este martes el Kremlin bombardeó desde Crimea la sede de la Administración regional de Mikolaiv, ciudad en la que al menos siete personas murieron.