Cartas de amor a un hijo asesinado y mensajes de solidaridad. Después de la matanza en dos mezquitas que se cobró 50 vidas, los habitantes de la ciudad neozelandesa de Christchurch plasman sus sentimientos en una pizarra blanca.
Tras el ataque, un fotógrafo de la AFP pidió a la gente que escribiera un mensaje, que fotografió antes de borrarlo y tender la pizarra a otra persona.
John Milne le escribió a su hijo de 14 años: “Sayyad, Sayyad Sayyad, valiente león cazador”. Recordó su nacimiento complicado: “mi pequeño que tuvo que luchar por vivir desde el comienzo”.
El sueño del adolescente, cuenta su padre a la AFP, era ser portero del Manchester United. El niño abrazó la fe de su madre y era muy practicante. Cada viernes acudía a la mezquita Al Nur, la primera de las dos atacadas por un supremacista blanco.
John Milne pudo haber perdido a otro hijo ese día, explica, porque Shuayb, el hermano pequeño de Sayyad, lo iba a acompañar a la mezquita si no tuviera una excursión escolar.
Sayyad fue “liquidado”, dice, resumiendo lo poco que sabe del asesinato de su hijo. “Él se cayó al suelo y se murió, probablemente tras haber sufrido un tiempo. La gente que huyó nos contó que lo vieron yaciendo en el suelo de la mezquita junto a todos los cuerpos”.