Los niños y adolescentes instrumentalizados por estructuras delincuenciales siguen siendo un problema grave de derechos humanos en Medellín. Desde la Secretaría de Seguridad del Distrito indicaron que en lo que va de 2025 han sido aprendidos más de 180 menores de edad por la comisión de delitos, en especial relacionados con tráfico de estupefacientes y hurtos.
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El secretario de Seguridad Manuel Villa dijo a Teleantioquia noticias que en el Distrito le apuntan a la aprehensión de los menores de edad que estén cometiendo delitos, como hurtos o asesinatos, pero también recordó que tienen estrategias de un carácter más social para prevenir que esta población caiga en las redes criminales, que hay que recordar que sus sanciones se rigen bajo el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes.
Y es que aunque este es un problema de seguridad, también están en juego los derechos de la infancia y la adolescencia que es sometida por los delincuentes para su provecho, a lo que se suman problemas sociales como la falta de oportunidades, los círculos de pobreza en las familias y la violencia intrafamiliar o sexual en contra de niñas, niños y adolescentes, situaciones que hacen más vulnerables a esta población a caer en esa instrumentalización.
Hace algunos días, posterior al caso del menor de edad que disparó contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe, en Antioquia causó conmoción el asesinato del concejal de San Andrés de Cuerquia Juan Camilo Espinosa Vanegas. Un adolescente de 17 años, proveniente de Cali, fue capturado como el presunto responsable, según el reporte de Policía Antioquia, lo que dejó una vez más en evidencia cómo las estructuras armadas vinculan y reclutan a menores de edad para cometer delitos. En ese caso concreto, las autoridades informaron que el menor de edad habría sido vinculado a las filas de las disidencias del frente 36 de las extintas Farc desde hace unos seis meses.
En el caso de Medellín la situación también preocupa pues los menores de edad instrumentalizados por grupos delincuenciales no puede medirse solo con base en el número de aprehensiones. Muchos de ellos están en los barrios y los ponen a llevar paquetes con drogas, a dar señas ante la presencia de la fuerza pública o, incluso, a transportar armas. A ello se suma que los inducen desde muy pequeños al consumo de sustancias psicoactivas.
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Este es un reto muy grande en Medellín donde, según datos de la Secretaría de Seguridad, opera el 43% de los grupos delictivos del país, con alrededor de 350, los cuales tienen en este momento alrededor de 1.000 adolescentes y jóvenes entre los 14 y los 28 años que han logrado reclutar.
Es por ello que en la ciudad se le da fuerza al programa Parceros, el cual tiene varias modalidades con estrategias encaminadas a brindar una oferta y oportunidades a niños, niñas, adolescentes y jóvenes para evitar que caigan en manos de las estructuras delincuenciales.
En estos primeros seis meses de 2025 el programa atiende en la modalidad Parceros a 950 niños, adolescentes y jóvenes de 10 a 28 años, instrumentalizados o en riesgo de estarlo por parte de estructuras criminales; en la modalidad Parceritos a 200 niños, niñas y adolescentes de 12 a 15 años que estudian en colegios públicos y que se les identificó riesgo alto de ser instrumentalizados por grupos delincuenciales; y en la categoría Parceros PPL, el grupo más reciente, espera atender a 100 hombres y mujeres privados de la libertad en la cárcel Pedregal en fase de preliberación, y a 250 jóvenes del sistema de responsabilidad penal para adolescentes del Carlos Lleras (antes la Pola).
Asimismo, se espera que en todo el año se atiendan 2.000 jóvenes de 14 a 28 años en la modalidad Parceros Creadores, que están en situación vulnerable y no estudian ni trabajan. También está la modalidad Parceras, que atiende en este primer semestre del año a 300 mujeres, principalmente hasta los 30 años en promedio, que están en contextos de explotación sexual o prostitución, de modo que tengan opciones para hacer un proyecto de vida distinto.
Volviendo al tema del reclutamiento e instrimentalización de menores de edad, hace algunos días se conoció un informe de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), según el cual entre el primero de diciembre de 2016 (año en el que se firmó el Acuerdo de Paz) y el 10 de abril de 2025, se han registrado en todo Colombia más de 1.494 casos de reclutamiento de menores de edad, lo que en promedio significa que cada 48 horas es reclutado un niño, una niña o un adolescente.
Antioquia se encuentra entre las seis subregiones del país que juntas contienen el 29% del total de los casos. La primera zona del departamento con más hechos son el Norte y el Nordeste antioqueños, con 40 casos confirmados. La segunda es el Bajo Cauca antioqueño, con 28. Según la UIA, en estos lugares el principal reclutador de menores de edad sería el Bloque Roberto Vargas Gutiérrez del Clan del Golfo.
No obstante, en estas tres subregiones antioqueñas también han tenido injerencia en el reclutamiento de menores de edad las disidencias de las Farc. De hecho, en el 61% de municipios del país donde este grupo armado tuvo presencia en 2024 se registraron casos de niños, niñas y adolescentes reclutados.
A lo grave que es que persista este problema se suma la nueva modalidad que están empleando los integrantes de los grupos armados ilegales para captar a las víctimas. En el informe de la UIA consta que se ha proliferado el uso de las redes sociales para atraparlos y siguen siendo frecuentes las falsas ofertas de trabajo y promesas de dinero para engañarlos. Utilizan además contenidos atractivos como tendencias, emojis o música para envolverlos y atraparlos en sus redes.
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