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Una papa caliente con la que se encontrará el nuevo gobierno el próximo 7 de agosto tiene que ver con las grandes pérdidas y el alto déficit que tienen los sistemas de transporte masivo del país.
Y es que la crisis financiera de las empresas que desarrollan la operación es de tal envergadura, que si no se cubre en el corto plazo su déficit, en el mediano plazo los buses articulados pasarían al olvido.
Pero lo que más llama la atención, es que este hueco en las finanzas de los ocho sistemas de transporte masivo del país podría estar bordeando los $6 billones.
Lo anterior, si se tiene en cuenta, que es prácticamente el doble de los recursos que la Nación ha girado para atender el tema que es apenas de $3 billones.
De acuerdo a un reporte de la Asociación Latinoamericana de Sistemas Integrados para la Movilidad Urbana Sustentable (Simus), que reúne los reportes financieros de los ocho sistemas del país, estima que se estaría duplicando su déficit.
“Sigue el déficit en los sistema de transporte masivo del país, y que es un mal que también se registra en otras naciones de la región, debido a que no se ha podido equilibrar la sostenibilidad financiera de los mismos”, recalcó un vocero consultado del Simus.
La fuente consultada explicó que en la actualidad, los sistema de transporte con buses articulados de Belo Horizonte, Curitiba y Río de Janeiro en Brasil prácticamente están en el olvido.
“Al no existir flujos de capital para mantener a flote la caja de los sistemas, estos no tienen más opción que cerrar sus operaciones”, indicó el vocero.
Mal desde la pandemia
La estrechez económica de los sistemas de transporte masivo se comenzaba a evidenciar en los años antes de la pandemia, pero con la llegada de la covid-19, la declaratoria de la emergencia sanitaria que derivó en el aislamiento preventivo llevó a que su déficit aumentará, pero el puntillazo fue el paro nacional de mayo y junio del 2021, que llevó a que las pérdidas diarias aumentaran.
De acuerdo a registros del Simus, ya en el 2020 se registraba un descuadre en las finanzas de los sistemas de transporte de $2 billones debido a que los buses articulados ya operaban a pérdida por menores ingresos por pasajes.
“Un salvavidas en recursos que se pretendía tener para sacar del déficit a estos sistemas, eran los $49 billones que se establecieron en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), sin embargo $4 billones se fueron para los programas del posconflicto, cerca de $40 billones para el desarrollo de las concesiones viales 4G, y $5 billones estarían destinados al Metro de Bogotá”, explicó la fuente del Simus.
Primeros afectados
En junio de 2021, la crisis financiera de los sistemas de transporte masivo dejó los primeros damnificados. En la ciudad de Barranquilla las empresas Sistur y Metrocaribe, los dos concesionarios que operan los buses del sistema Transmetro en la capital del Atlántico anunciaron el cese de sus operaciones, argumentando dificultades financieras para la prestación del servicio público.
Así, cerca de 58.000 personas promedio día se vieron afectadas, según los reportes de Transmetro.
Otro de los sistemas de transporte masivo que ha sentido el coletazo por el déficit financiero es el MIO en Cali, el cual está al borde de suspender la operación.
En diversos escenarios, su administración ha explicado que ya en agosto de 2021 se necesitaban cerca de $180.000 millones, y que hoy podría llegar al monto a superar los $220.000 millones, para garantizar la prestación del servicio de los buses articulados porque el recaudo de los pasajes no es suficiente para cubrir todos los costos de la operación.
Bucaramanga tampoco escapa a la crisis financiera de su sistema de transporte masivo Metrolínea. En diciembre pasado y por dos días, los articulados de las compañías que prestan el servicio no salieron a operar debido a que los conductores se les debían sueldos.
Y en el sistema Transmilenio en Bogotá, su déficit supera los $2,4 billones, y la demanda aunque ha subido, el recaudo por los pasajes no alcanza para equilibrar las cuentas.