La entidad financiera Credivalores pidió acogerse a un proceso de reorganización de deudas por $1,55 billones, luego de incumplir el pago a los bonistas, como se confirmó a mediados de esta semana.
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Esta medida, según explicaron, permitirá a la institución mejorar su estabilidad financiera y completar la reestructuración de sus compromisos.
Además, la entidad financiera reafirmó que sus operaciones “siguen con normalidad” y que, más allá de este proceso, también busca ampliar el negocio para mantener la sostenibilidad.
Las razones para acogerse a la reorganización
A principios de esta semana el Fondo Nacional de Garantías, FNG, confirmó que Credivalores incumplió el pago de bonos por $95.940 millones; sin embargo, desde hace meses, la entidad financiera había advertido que el impago era inminente.
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El FNG se había comprometido previamente a pagar 70% de esta obligación adquirida en 2021.
Javier Cuéllar, presidente del FNG, dijo en entrevista con el diario La República a inicio de mes que, si bien Credivalores no es vigilado por la Superintendencia Financiera, en la pandemia recibió una garantía a una emisión de bonos que tenía que ser pagada el pasado 26 de agosto, lo cual no ocurrió.
No obstante, el compromiso sí se dará, pero luego de surtir un proceso de aprobaciones, pues tienen que mandar la solicitud para pagar a los tenedores de bonos, proceso que puede tardar unos 10 días máximo. Esta solicitud la realiza el Depósito Centralizado de Valores, Deceval.
Vale aclarar que todo este tema se desprende del bloqueo preventivo del VMD (equivalente al cupo máximo) de Ban100 y Credivalores, aprobado por el comité extraordinario del FNG a finales de julio.
Esta misma semana, la entidad convocó a una asamblea general de accionistas para ratificar la posición sobre el perfilamiento de bonos. Además, aseguraron que la institución no tiene los recursos para pagar el restante 30% del compromiso que no tiene el respaldo del FNG.
Los escenarios por venir
Los analistas consultados por La República ya habían diagnosticado que acogerse a la ley de insolvencias era una de las posibles opciones que tenía Credivalores.
De hecho, señalan que “cuando una compañía tiene deudas, con garantías de terceros, y entra a 1116, los acreedores buscan cobrar las deudas por fuera de la 1116, ejecutando las garantías. Una vez los terceros paguen, se puede volver parte de la 1116 y cobrar lo que pagaron dentro del proceso”.
Esto quiere decir que a través de la garantía que tiene la emisión de bonos de Credivalores con el Fondo Nacional de Garantías, de 70%, se pagaría parte de la deuda, y luego de terminar de saldar los excedentes la entidad podría entrar en Ley de Insolvencia para responder por el dinero que se pagó a través de la garantía.
Un segundo escenario sería un acuerdo con los accionistas, mientras que la última posibilidad sería una demanda por parte de los tenedores de bonos.
